♠[BB] Pista de baile

Puse atención a todo me decía pues sería una verdadera grave falta de educación no hacerlo, y aun que con cualquier otra persona fuera de mi interés, como un slytherin insultándome, lo hubiera hecho, con Sun no lo haría, me interesaba todo lo que tuviese por decirme, se merecía mi amistad por su puesto. Sus palabras me dejaron pensando en la casualidad de la vida, su nombre Sun-sol-amarillo-hufflepuff y mi nombre Sky-cielo-azul-ravenclaw, era bastante cómico e interesante como nuestros nombres se adecuaban a todo, como encajaban con colores y casas, como si estuviera marcado desde un principio que perteneceríamos a esa casa y que estábamos destinados a conocernos solo para hacernos ver aquello. Sonreí bastante contenta por todo aquello y dándome cuenta que estaba cavilando en el hilo de pensamientos dentro de mi cabeza que estaba a punto de perderme en la charla.

Volví al mundo a tiempo para escuchar sus siguientes palabras y sonreí levemente sonrojada por estás mismas. Asentí levemente tomando su mano con mucha timidez y no es que me incomodara el momento, simplemente por ser una experiencia nueva me daba algo de vergüenza. Rose su piel y sonreí sabiendo dentro de mí que nada que hiciera en este momento sería detonante de burlas, al menos no en Sun. Al momento que él me tomo de la cintura puse una mano sobre su hombro y lo mire mientras el observaba nuestras manos ahora unidas, mordí mis labios -Espero no pisarte...mucho- bromee un poco y comencé a moverme al ritmo que el me llevaba, siguiendo la pista que en ese momento sonaba, a pesar de ser un cantante muggle, lo había escuchado un par de veces y su voz simplemente me fascinaba. Mi papá algunas veces me hacía bailar con él y entre carcajadas y malos movimientos bailábamos pero esta vez era diferente.

A pesar de saber que estábamos en la pista de baile que se encontraba en el centro y que algunas miradas podrían situarse en nosotros no me importo, simplemente bailaba al son de la canción, nunca pensé que podría ser fácil pero el me llevaba a la maravilla, mi sonrisa se hizo presente en toda ocasión, algunas veces miraba a mis pies y otras veces le miraba a ojos feliz de que él fuera mi pareja de baile. Pero justo cuando todo iba bien, mi torpeza me traicionó y en uno de los pasos pisé mal, en lugar de poner el pie en el suelo lo puse sobre el suyo y por no querer que le doliera tanto traté de solucionarlo con rapidez resbalándome hacia atrás, mis mejillas se pusieron más rojas de lo normal mientras sentía como caía al suelo. Cuando el frío del piso roso mi piel y supe que estaba sentada con quien sabe cuantas miradas encima solo pude tapar mi cara y comenzar a reírme de mi misma. ¡Que torpe! no podía dejar de reír, entre nervios y diversión, ¿siempre debía hacer este tipo de cosas por mi distracción? y justo enfrente de Sun? vaya torpe que era.

Agradeció haber ido a ese baile al fin y al cabo. Valió la pena para estar bailando con esa bonita chica. Jamás se había acercado a ella, antes no había mucho motivo, ni siquiera eran de la misma casa, ni del mismo curso, ella era un año mayor. Pero aun se culpaba un poco. Pensó en lo que había dicho de los nombres, era gracioso, ingenioso y sorprendentemente cierto. Era una chica inteligente, decía lo que pensaba sin reparos y eso era algo que Sunwoo valoraba mucho. Él sólo hacía eso si estaba en confianza. Con ella no sentía esa barrera de hielo, más si con los demás, sabía que con los demás se seguiría sintiendo incómodo.

- No te preocupes por ello - comentó sonriendo ámpliamente por su comentario. No importaba si ella lo pisaba, y si así era no dolería, o sería un bonito recuerdo para el resto de la semana. Bailó con ella lo que duró la canción, intentando ir al ritmo correcto y que ella pudiera seguirlo. Era bastante lento, por lo que tuvo tiempo de admirar la profundidad de Sky, también su cabello dorado, miró sus suaves manos, y de reojo, un poco más allá, a las personas que los rodeaban. «Que curiosos» pensó, muchos miraban con cierto interés. Él conocía la reputación de Sky, también conocía la suya, claro que llamaría la atención aquello, pero deberían alegrarse si eran buenas personas. Confió en ello entonces.

- ¡Oh! - el peso de su compañera se posó en uno de sus pies, pero no por eso se sorprendió, si no porque estaba cayendo hacia atrás. No tenía una forma de tomarla, no quiso apretar su mano porque él tenía fuerza, podría marcarla y jamás se perdonaría hacerle un hematoma, mucho menos en la mano. Bajó al suelo lo más rápido que pudo, poniendo su mano entre el suelo y la cabeza de ella, para que no se golpee allí, que realmente dolía (y claro que sabía que dolía). Y hablando de dolor, se arrodilló tan rápido a su lado que sus rodillas chocaron el suelo haciendo bastante ruido. No le importaba eso. Sky tenía las manos en su rostro. «¿Llora o se ríe?» Si ella lloraba se le caería el mundo. Y no, por suerte no se dio la cabeza en el suelo, se mantuvo sentada, y él arrodillado a su lado. - ¿Sky? - tomó sus manos para apartarlas de su rostro, no podía quedarse con la duda de si lloraba o reía, y para su fortuna la bella señorita parecía estar en su auge de diversión, algo que le devolvió la sonrisa al joven Sunwoo. - Pensé que llorabas - dejó salir en una risa despreocupada y en un tono como si se le hubiera ocurrido un absurdo. - ¿Te lastimaste? ¿Te duele algo? - preguntó con rapidez mientras se ponía de pié, aun teniendo sus manos para ayudarla a levantarse.

Una vez de pié se sacudió las rodillas, aunque el suelo estaba limpio, y atinó a ver si ella estaba sucia, algo que hacía con su hermana cuando se caía. Pero no era lo mismo verle la 'espalda baja' a su hermana y luego sacudirla que hacerlo con alguien ajeno a la familia, podía malinterpretarse, por lo que, aunque haya amagado, dejó que ella misma chequeara aquello. - Deberíamos tomar algo - propuso ignorando a quienquiera que estuviera interesado en ver qué había pasado en la pista de baile.

Caminó, chequeando que Sky no se le quedara en el camino, hasta la mesa de las bebidas, donde también había uno que otro bocadillo. Miró y eligió entre todo una bebida amarilla y otra azul, confió en que fuera algo frutal, no se acostumbraba a tomar alcohol en Hogwarts. Y era peligroso que Sunwoo bebiera alcohol, podría arruinarlo todo, no era de los que toleraban mucho antes de perder la consciencia y hacer estupideces.

- ¿Segura que te encuentras bien? - preguntó preocupado viéndola a los ojos. No se perdonaría que ella se aguantara algún dolor, algo que se solucionaba fácilmente - Podemos ir a la enfermería si tu quieres - preguntó entregándole la copa que traía la bebida amarilla, quedándose él con la bebida azul por equivocación.

Se río junto con Sky- anotado iré hacia allí- dijo el chico con una risa genuina, recordando aquel episodio en la sala común. Camino unos pasos pero Rob y Lucinda ya se dirigían a bailar. Solo pudo sonreír ante el apurado Rob que quería ir a la pista de baile con Lucinda. Por dentro se sentía como ese nene de cinco años dispuesto a cargar a su mejor amigo, por bailar con la chica que le gustaba; pero tras pensarlo un par de segundos se dio cuenta de lo infantil que seria, y que seguramente McGonagall se encargaría de descuartizarlo mientras dormía si lo llegaba a abochornar en ese momento. Por lo que simplemente se limito a sonreírle y asentir con la cabeza, guardándose sus bromas para si mismo. Aunque ya tuviera diecisiete años, a veces podía ser tan o más inmaduro que un chico de primer año.

La voz de Gretta llamó su atención desviando la vista de sus dos compañeros de casa, para fijarla en el ‘simpático’ grupo de Slytherin y Gryffindor. No tuvo tiempo de responder, ya que la rubia de su acompañante ya se dirigía a ellos. Dio un suspiro ruidoso, no se había imaginado el baile separando al mejor amigo de Gretta del admirador de la rubia, siendo él mismo quien había asistido con la chica. Una sonrisa irónica se dibujo en su rostro mientras seguía a Gretta hacia el grupo en cuestión. A pesar de todo Atlas era un caballero y no pensaba dejar sola a la dama, menos frente a Ridle y los demás.

Como siempre sus sospechas se confirmaron, así él se haya acercado para cuidar a Hemsworth ella le demostraba a todo el mundo que no tenia miedo, y que no necesitaba ayuda para arreglárselas. La escucho segura de si misma y enseguida vio como Igor y Harfi se acercaban detrás de ella. Estaba a solo unos pasos de ellos, por lo que podía ver y escuchar cada cosa que se decía. Por un momento se sintió como si esa noche fuera para ser el niñero de Digory, cosa que un poco le disgusto. Si hubiese querido ser niñero hubiese venido con Myrtle, que era su hermana pequeña, pero incluso la niña era más madura que Igor cuando se trata de Gretta. Dibujo una sonrisa ante los chicos que se acercaban, guardándose sus pensamientos para si mismo- Acabamos de llegar- respondió Atlas la pregunta de Igor, antes de que Gretta lo haga. –¿Que tal chicos? ¿Buscaban entretener aún más la fiesta con una pelea?- dijo mientras palmeaba suavemente el hombro de Harfang a modo de saludo. Les sonrío de manera cordial, mientras echaba unas miradas fugaces a los Sly a sus espaldas. Era seguro que su amiga se encontraba en un aprieto esa noche por lo que veía. Orion, el mejor amigo, estaba del brazo de la que seria su prometida; mientras Gretta estaba allí simplemente viéndolo y teniendo que separarlo de sus compañeros de casa. Para nada una de las situaciones más agradables, pero bueno como dicen… es lo que Dios da y hay que trabajar con ello. - Vamos por algo para tomar, ver a tanta serpiente junta me da sed- dijo de manera burlona mientras sonreía a Gretta intentando animarla. Después de todo ella era una de sus mejores amigas y no quería que se ponga mal, menos aún en un baile.

Alcé las cejas ante el comentario tan estúpido de aquel personaje que se había encontrado conmigo. En el fondo me hizo gracia la intervención tan apropiada de Walburga, aunque mi gesto no lo demostrara y yo ni si quiera dirigiera mi mirada hacia ella para hacerle ver que me había parecido correcto. No, porque preferí mantener la mirada sobre Igor y hacerle ver que era de todo menos bien recibido en esta zona, con estas personas. Mis personas.
Sin embargo, me descuadró mucho ver que Gretta aparecía y se acercaba a él. En realidad no era tan raro, era de su misma casa, estaba junto a su pareja... Era normal. Pero odiaba que tan solo me dedicara una mirada. Asentí con la cabeza al encontrarme con ella, a modo de saludo, pero mantuve mi seriedad pues aquel estúpido de Igor me había dejado así.

Pero aquellas miradas de repugnancia se deshicieron cuando Walburga llamó mi atención con aquel gesto en mi brazo. Rápidamente dirigí mi mirada sobre ella, con un gesto más relajado, pues sabía que ella era de las mías y no tenía que mantenerme en aquella postura tan rígida y distinta, aunque seguía haciéndolo, como con los demás - Sí, mejor, no merece la pena seguir aquí - Y aunque nadie se lo pudiera imaginar, me daba un poco de pena admitir aquello, por mi mejor amiga.

Al encontrarnos con Malfoy me sentí más a gusto, pues era uno de mis dos mejores amigos, y además me encontraba también con mi familia; una de las mejores compañías que se podría desear. Los saludé con un gesto con la cabeza, de un modo cortés. Al llegar Tom sentí que el ambiente había mejorado aún más, pues empezaba a tener el aspecto de una fiesta. Los volví a saludar con la cabeza, nunca había sido un hombre de demasiadas palabras. Miré a Walburga cuando sugirió que hiciéramos algo más que estar allí parados - Opino lo mismo que Walburga - Asentí con la cabeza suavemente - ¿Vamos a tomar algo? - Dije mirándola, sin que hiciera falta señalar hacia la zona de aperitivos y bebidas, puesto que era más que obvio. Y aunque me dirigí hacia ella, realmente me refería a todos, o a los que quisieran. Yo pensaba hacerlo, pero quería ser cortés y ofrecerlo en vez de irme solo, como habría hecho con el resto de personas a las que no les tengo ningún tipo de aprecio.

El intercambio de entrometedoras palabras se hizo rápido y acusador. Los Slytherin contra los Gryffindor, era ya algo típico que poco afectaba a los que estaban allí presentes. En cuestión de segundos llegaron más serpientes, a lo que Harfang intentó ignorar centrándose en su amigo, el cual le respondía amablemente, sin que desapareciera aquella sonrisa de sus labios. Asintió lentamente concordando con su estado. - Me encuentro perfecto, gracias. - Contestó, aunque no del todo, ya que empezaba a tener ganas de quitarse aquella pajarita que tanta molestia le estaba empezando a provocar. Se llevó una mano a ésta, mientras de un momento a otro el pequeño grupo que se había formado aumentaba aún más. Gretta llegaba hasta ellos, a la que Harfang saludó con una amplia sonrisa y agachando la cabeza levemente. No quería entrometerse mucho en los cumplidos que Igor le estaba diciendo, todos estaban ya acostumbrados a ello. Sin embargo, olvidando por completo el encontronazo de hacia unos segundos, aceptó la invitación de Gretta tomando camino junto a ella e Igor hacia el lado contrario.

Harfang mantenía su típico silencio, mientras disfrutaba del ambiente que había a su alrededor. Alzó las cejas al encontrarse con Atlas, al parecer pareja de la leona. Respondió su saludo depositando una suave palmada en su hombro. - Buenas noches. - Respondió de forma cortés, y se permitió soltar un pequeño bufido y girándose un poco a mirar el grupo de serpientes que se alejaba. - No merecería la pena, está siendo un baile hermoso. - Contestó, aunque hubiese estado bien dispuesto a llegar a algo más si aquella panda de Slytherin hubiese continuando metiendo el dedo en la yaga con respecto a Igor o a los de Gryffindor. Tenía paciencia pero ésta solía acabarse mucho antes de lo esperado para el león. La idea de Atlas le pareció estupenda, por lo que asintió efusivo, echando un vistazo alrededor buscando alguna mesa donde hubiera copas para los cuatro.

- Allí hay. - Se ocupó de señalar la primera mesa y la que más cerca estaba, se apresuró a acercarse con un par de pasos largos y tomó entre sus manos dos copas que ofreció a sus compañeros, para después volver a coger otras dos, ofrecérsela al que faltaba y quedarse él con la última. Sonrió y alzó un momento la copa entre los cuatro. - Por una noche tranquila, y lejos de serpientes ya que estamos. Salud. - Comentó, dejando entrever en sus labios una risita macabra, aunque en realidad aquellas palabras le sonaron un poco extrañas cuando a lo lejos volvió a visualizar a la chica que tantos problemas de cabeza le estaban trayendo últimamente. Tragó saliva sin darse cuenta de que su sonrisa había desaparecido por completo y se llevó la copa a los labios disimulando.

Todo esto me hacía bastante gracia, mi torpeza podía ser increíble y hasta se lucía cuando no debía hacerlo, cuando lo único que debía hacer era seguir sus pasos y estar tranquila a pero claro eso era demasiado para ella y me tenía que poner en ridículo de alguna forma o otro. Seguía escondiendo mi cara entre mis manos riendo de esto y sentí como el se situó a mi lado de inmediato quitándome las manos del rostro, lo mire entre risas y negué rápidamente para que supiera que estaba bien. Con ayuda me levanté del piso con sumo cuidado para que no se viera nada más de lo que debía verse por el vestido. Una vez de pie nuevamente me sacudí un poco el vestido de la parte trasera y lo acomodé sonriendo.

Asentí ante su idea de ir a tomar algo y miré hacia la barra de bebidas esperando que Atlas no estuviera ahí y volví a soltar otra risa -Perdona por eso- me disculpe por mi torpeza y camine detrás de él revisando que no me hubiera pasado nada, aparte de que obviamente me dolían ciertas partes y no podía caminar tan rápido. Cuando llegué a su lado le sonreí para calmarlo un poco, el parecía más alarmado que yo por la caída -Estoy bien, tranquilo pero muchas gracias por preocuparte- le dije con una sonrisa y tome la bebida que me otorgó, miré el liquido amarillo antes de darle un sorbo, sabía como jugo de calabaza pero el sabor era aun más dulce y cálido a mi paladar, sonreí viendo los colores y apunté su vaso y levanté un poco el mío para darlo a notar y reí un poco.

-Quisiera seguir bailando pero ¿podemos ir a sentarnos un poco? creo que me he torcido el tobillo- confesé después de haber negado que me había pasado algo, el pie me dolía aparte de mi espalda baja y las palmas de mis manos al pegar contra el piso para sostenerme, no era nada grave claro, no tenía por que ir a la enfermería pero sentarme un poco no me haría mal. Le miré con culpa y baje la mirada a la bebida que estaba entre mis manos -Seguro arruiné tu noche, perdóname por eso también- le dediqué una pequeña y tímida sonrisa para disculparme con él, tan lindo invitándome a estar con él en el baile y ahora le arruinaba la noche con una caída que me obliga ir a sentarme cuando todo apenas comenzaba.

Por fin llegó el día tan esperado del baile. Y hoy quería lucir como ninguna de las jóvenes del colegio. Ha esperado con ansias ese día para prepararse ara ese evento y a pesar de que varios muchachos de su casa y algún Raveclaw, Gryffindor y Hufflepuff la han tratado por todos ls medios de invitar a la semi-veela, lo cierto es que la rubia rechazó un total de ochenta y cuatro invitacciones de todo el sector masculino que tratado de llevarla para el baile. Pero todo eso era porque tan solo la chica tan solo quería divertirse y pasar un rato grandioso sola, aunque sería divertido que un chico de su Casa Slytherin la invitase para por fin saber quien era ese misterioso prometido que le han dicho sus padres que sería su futuro marido. La chica solo sabía que tan solo era un Slytherin un año menor que ella, pero ella conocía varios así que sería una misión imposible saber quien era ese misterioso guardian.

Pero horas antes de la preparación para la fiesta la rubia recibió un misterioso anonimato que decía lo siguiente. -En el baile vos me conocerais, vos me conocerais...- se repetía la rubia mientras que se estaba arreglando para el evento recordando precisamente esas palabras que el perfecto desconocido o mas bien pareja del baile y futuro marido le escribió. Y luego mientras la chica se preguntaba quien era el Slytherin misterioso un embarre de rubor apareció en sus pálidas mejillas por culpa de sus discusiones frente al espejo. -¡Oh Merlín, que complicado es ser yo!- musitaba con furia mientras que algunas de sus compañeras que también se arreglaba para el Baile la miraban con cara de qué te pasa. Entonces la rubia volteó su cara y sus facciones cambiaron al segundo. -¿Y vosotras que me miran? Si parezco una payasa y qué. ¡Ahora déjenme sola para arreglarme!- gritó mientras que las demás se alejaron de la muchacha. Si, cuando Vanessa se enojaba nadie la soporta, ni siquiera ella misma. Tenía la muchacha el carácter de mil demonios vestida de princesa, pero en fin esa era ella y a veces era el ser mas deplorable. Pero en el fondo sentía esa curiosidad por saber quien le dio ese anonimato, para por fin descifrar ese misterio que la devora desde su nacimiento, y hoy lo podía saber. Pero no solo ella iba a ir al baile al conocer ese perfecto señor misterioso, sino que se iba a olvidar de los problemas y a pasarla bien, así que todo tenía que ser perfecto. Hoy no había nada ni nadie que lo iba a arruinar, ni siquiera ese exceso de rubor que tenía así que se volvió a lavar la cara, luego a echarse crema hidratante y al final maquillarse. Después se arregló el cabello en un moño y se perfumó. Luego tomó de un armario una bolsa grande dorada que decía para la señorita Vercetti de Bubbles su elfo doméstico y al final también decía es para el baile mi señora. Abrió la bolsa y descubrió el regalo que le dió, un hermoso vestido crema con naranja, unas hermosas joyas hecha por los duendes, un broche dorado y unas zapatillas de tacón que complementaba el traje. La rubia sonrió por el regalo y se fue a vestir.

Cuando terminó su obra la rubia salió de las mazmorras para el lugar de la fiesta. Llegó un poco tarde para el mismo ya que comenzó la buena música y el festín. Y entonces comenzó a buscar con la mirada a sus compañeros de Slytherin. Había un montón de chicos que reconocía, pero que era de diferentes casas, así que ignoró lo que hacían cada uno de esos susodichos olímpicamente, pero ninguna señal de los Slytherin, hasta que reconoció una cabellera plateada y unos castaños. Con elegancia y paso decidido se acercó a sus compañeros. -Buenas noches chicos. Pues lamento por interrumpirlos a vosotros, pero que bueno que los veo a vosotros. Por supuesto todas y todos están muy guapas y guapos en ésta noche. Y por supuesto son los mejores vestidos en ésta velada.- saludó la rubia haciendo una reverencia formal a los presentes y haciendo un cumplido a sus compañeros. Luego volvió a mirar para ambos laos si había un chico de sexto en la mesa destinada de Slytherin donde se suponía que iba a estar, pero nada de nada. Entonces suspiró con un poco de decepción, pero a la milésima de segundos se olvidó. - ¿Y bien algo interesante pasó en éstos minutos que yo no estaba?-preguntó.

Vestimenta del Baile:

Amistad y amor. Excelente combinación para comenzar una relación, no obstante aquél no era mi caso. De acuerdo a mi experiencia podía decir que el simple hecho de que mi corazón se hubiese fijado en mi mejor amiga, me había dejado en jaque en todos los aspectos posibles, sin embargo no quise pensar en ello, ¿cómo concentrarme en lo malo de las emociones que me embargaban si la culpable de mi martirio me dedicaba palabras que hacían saltar de alegría mi corazón? - No me perderás, osita. - Una promesa implícita que me encantaría poder cumplir a cabalidad hasta el fin de mis días, no obstante no estaba tan seguro de poder hacerlo.
Mis ojos no podían despegarse de su rostro, estaba hipnotizado por su hermosura, su belleza natural y espontanea era lo que más me encantaba de ella, ¿cómo poder negarlo? La alegría no paraba de crecer en mi interior y, en cuanto la nueva canción sonó, todo el entusiasmo que sentía salió a flote, demostrado en mi gran sonrisa y en los pasos de baile. Como si estuviera manipulado por un resorte, de inmediato comencé a cambiar el ritmo, ayudando a Lucinda a realizar un giro completo sin perder el compás de la canción. Aquél ritmo sencillamente me fascinaba, aunque tuviera que saltar, despeinarme y teñir mis mejillas de rojo debido al esfuerzo. Lo disfrutaba, no había cosa que disfrutara más que el baile y la música, y la sensación se amplificaba por mil si era compartido con la mujer que tenía entre mis brazos, guiándola como si fuera la reina de la pista. Si al principio había tenido mis dudas sobre aquel baile ahora no me quedaba ninguna. No sólo me estaba divirtiendo, sino que además estaba logrando que mi osita se entretuviera, ¿qué mejor manera de pasar una tarde como aquella?

Los saltos, giros y demás pasos, que demostraban que era todo un experto del baile, guiando a mi compañera como sólo ella me motivaba a hacerlo, me estaban dejando cansado, pero era un cansancio placentero, ¿podría existir algo así? Antes de hoy hubiese dicho que no, pero ahora no estaba tan seguro de ello. Guiado por la música comencé a hacer girar a Lucinda una y otra vez sin parar, dejando que la risa escapara de mi garganta con diversión, demostrándole al colegio entero que jamás lo había pasado tan bien, sin embargo ante tanto movimiento rápido a mi osita le costó seguir el ritmo provocando que quedara colgada de mi cuello. Como por arte de magia, como si se me hubiese agotado la pila, mi cuerpo se detuvo, helado. Mis ojos miraron al vacío y mi risa se apagó de golpe. Estaba congelado, ¿cuándo la había tenido tan cerca? ¿En mis sueños? Me quedé paralizado, era tanto mi estado de shock que ni siquiera pude apreciar el momento como me hubiese gustado y tan sólo me di cuenta que seguía entre mis brazos cuando escuché su voz rozar mi oído. Un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal provocando sensaciones en mi interior que nunca había sentido antes, ni había pensando sentir esta noche. Mis ojos, de forma instantánea, se fueron al rostro de mi mejor amiga, posándose finalmente en sus labios pintados de aquel color tan llamativo, observando su sonrisa totalmente cautivado. Mi mente no estaba canalizando nada, no era capaz de ni siquiera unir dos ideas, la música comenzaba a sonar nuevamente y si no fuera porque observé cómo se movían los labios de Lucinda, jamás me hubiese dado cuenta. - Ah... Este, sí. - Carraspeé moviendo mi mano por inercia, haciéndola girar nuevamente gracias a mi destreza como bailarín, esperando a que no se percatará del tono ronco que había teñido mis palabras, un tono que jamás había escuchado de mis labios con anterioridad.

Retomé mi estado anímico habitual y comencé a guiarla nuevamente por la pista de baile, tratando de que mi mente no recordara en demasía lo que había significado tener a Lucinda tan cerca de mi cuerpo, sin embargo, sin saber de dónde, Abraxas apareció entre nosotros interrumpiendo mi felicidad. No sabía quién lo acompañaba y tampoco me importaba, lo único que era capaz de procesar en aquel momento era que la Slytherin, con su voz bastante aguda, me estaba apartando de mi adorada Lucinda. No hice comentario alguno, ni siquiera hice un ademán por impedir que el rubio se llevara a mi mejor amiga, sin embargo una parte de mí esperaba que ella hiciera o dijera algo al respecto. ¿No se suponía que había ido conmigo al baile? Si hubiese querido estar con el rubio durante la velada, ¿por qué no, simplemente, haber asistido junto a él? La rabia, una emoción que no muchos lograban provocar en mí, comenzó a surgir en mi interior y, agradeciendo mentalmente porque la morena me dejara tirado, y así no ser yo quien tuviera que hacerle un desaire, quedando como un completo mal educado, me alejé de la pista de baile, pasando por al lado de la mesa de las bebidas sin siquiera inmutarme, rumbo a la salida. En momentos así me gustaría beber y desahogar mis penas en el alcohol, en momentos así me gustaría no tener un padre reverendo para poder partirle la cara a Malfoy de un sólo golpe, tan sólo por gusto... En momentos así me gustaría poder tener total dominio de mi corazón.

Dios hoy hay un estúpido baile y en verdad no tengo ánimos de ir a dicha fiesta por que a la verdad ir con mi hermana y mi prima al verdad que era algo un poco vergonzoso y mas para mi que tengo muchas chicas detrás de mi ,pero no tenia que salir mi hermana sin avisarme que iría con ella al baile y ni modo que me negara tendría a papa y a Casio dándome un discurso aburrido y largo sobre por que la familia es primero y bla, bla,bla.

-Por que a mi me pasan estas cosas, pensaba llevar a una linda chica al baile y luego tratar de manosearla un poco y me castigan con esto por que vida ?, por que destino?.

Dije ne voz alta pro que a la verdad no me agradaba para nada esto y siempre que me disgusta algo lo digo en voz alta y así me calmo y me tomo lo que se llama resignación , ademas que tenia que ir bien vestido y esas cosa pero yo ver como esta la fiesta esa y si es motivo de hacer que se anime mas de la cuenta con gusto lo haré.A decir verdad no he visto a mi hermano por estos días seguro esta con Tom , a la verdad parece mas su perro faldero que su amigo por que casi ni se separan croe que hasta duermen juntos si le es posible pero por que me quejo de que Casio no venga a hablarme es mejor así por que cuando habla se cree mi padre y a la verdad no soporto cuando me habla como si fuera mas que yo pro ser mayor.

-Que termine esto rapido a la verdad quiero diversión pero de otra manera.-

Me dije a mi mismo mientras me pongo el estúpido traje pro que ne verdad no me gusta para nada estar vestido de esta forma, soy mas sport y de fiesta salvajes si así se le puede llamar pero este bailecito de la escuela es otra excusa que usan muchos tontos para llenar los ojos de las chicas y mostrar un lado romántico que uno como hombre muestra cuando tiene un interés mayor en la chica.En fin que me cambio y salgo de mi habitación con rumbo a la sala común donde vería a mi hermana y mi prima, en fin vamos por la mocosa de mi hermanita la cual se ve un poco bonita a decir verdad así que le hago una reverencia como en forma de burla y luego de eso me pongo a caminar mientras dicen que debemos pasar por el tonto de Ilhan pero ne fin que podíamos hacer.Ya cuando llegamos vemos al primo que de mal educado no saluda mas que a su hermana así que lo miro con odiosidad, es verdad que le hacemos la indiferencia pero ten la educación de saludar.

-Donde han quedado los modales de la gente?.-Fue lo que dije mientras sigo mi camino .

Ya en la entrada mi hermana me toma le brazo para así hacer entrada, no se peor todos nos miraron la entrar lo cual me gusto, eso me hace saber que la gente sabe quienes somos y ya luego de ese momento mi hermana pregunta que vamos hacer y yo la miro al igual que a mis primos.-Yo a la verdad hago lo que todos hagan , no tengo nada mejor que hacer a la verdad.

Spoiler:

Estuvo tranquilo unos momentos entonces, confiando en las palabras de su pareja, de que todo estaba bien. Bebió de la copa que había tomado. El gusto era dulce, muy dulce, tenía cierta combinación de frutos rojos, o frutos del bosque, no diferenciaba muy bien el uno del otro.

Echó un vistazo a lo que lo rodeaba. Parecía haber habido un altercado a unos metros de donde se encontraban. Lo típico, Slytherin contra Gryffindor o viceversa. Agradeció que no haya una relación estándar entre los Hufflepuff y los Ravenclaw, aunque en cierto modo lamentó la falsa reputación de que los de su casa no eran muy brillantes. Al menos él se consideraba alguien inteligente y astuto, sólo que le costaba hacerle caso a su mente en ciertas cosas.

- Claro que si, Sky - la miró a los ojos y pasó su vista hacia abajo, para verle el tobillo. No se veía enrojecido, pero lo mejor sería que descansara. No muy lejos de allí habían unos asientos, cubiertos con telas a modo de decoración y algunos arreglos florales que en cierto modo le daban pena al coreano. No era muy partidario de cortar flores o plantas ya que se veían mejor en el árbol o arbusto que en un florero o arreglo, prontas a marchitarse. - Tu no arruinas nada - se apresuró a decirle, con gesto relajado y una sonrisa tranquila - Tampoco tienes que pedirme disculpas por nada, si haces que la fiesta brille. - la encantadora muchacha tenía una sonrisa dulce que comenzaba a desequilibrarlo un poco. Él, siempre tan frío o indiferente aunque lo camuflara con buenos modos. Aquí no podía camuflar ninguna indiferencia ya que sencillamente se sentía a gusto con total sinceridad. Agradeció que así hayan pasado las cosas. Miró los asientos y los señaló para dirigirse a ella de nuevo - Podemos sentarnos un rato y charlar. No estoy acostumbrado a las fiestas, ni a bailar mucho. Con decirte que hasta hace unas horas no sabía si iba a asistir o no.

Al llegar a las sillas tomó asiento, esperando antes a que ella se acomodara primero. No sabía si en Londres se acostumbraba a que la dama se sentara primero, pero como él no era londinense quería mantener sus propias costumbres. La música era animada y muchos se divertían. Ver a sus compañeros de colegio divertirse y bailar le robó una sonrisa graciosa y distraída, pero luego volvió a lo que realmente le importaba.

- ¿Me permites ver si tu tobillo está bien? - dijo amagando para agacharse, pero antes que nada necesitaba de su permiso. Desde la tragedia que le tocó vivir se había vuelto para su hermanita todo un enfermero, chef, costurero, muchacho de la limpieza, entre muchas otras cosas más. Pero hasta el momento no había mostrado interés por ayudar a nadie. No podía hacer la vista gorda con su acompañante, no con lo dulce que parecía ser.

Al ver que Atlas respondía ante las inquietudes de Igor, mi mirada se desvió a cualquier lado, estaba claro que me equivoqué al ir sin más a separar a Igor de aquella escena provocada por la impulsividad de Orion, pero estaba casi segura que si no iba a distraer a Igor, este no se movería en ningún caso de ahí. Agradecí el salud que hizo Harfang, aunque encontré algo irónico que dijera aquello cuando su mirada se desviaba cada cierto tiempo a, precisamente, una serpiente, Callidora, puede que Hanfrang aún no me haya dicho nada, pero era cosa de mirarlo y si algo tenía de defecto, era que me fijaba muy bien en los gestos de mis amigos, incluso cuando voy caminando por los pasillos del castillo con Harf, siempre que pasa aquella serpiente, se pierde del habla, se desconecta, lo cual me hace gracia viniendo de Longbottom, era obvio que lo menos que quería era estar lejos de ella y esperaba que al menos, esta noche, se atreviese acercarse, aún sea por los efectos que produce el exceso de ponche.

La mayoría de los alumnos estaba en pareja, disfrutando de la velada, la mayoría con una sonrisa en la cara, otros, ya creando disturbios, aunque sean mínimos, pero bueno, hoy era una noche que, sabía, iba a disfrutar con creces. Tomé un poco de ponche, el cual estaba riquísimo como todas las cosas, o quizás la mayoría, que los elfos hacen para nosotros. De repente, aquella canción que sonaba en el baile me hizo sonreír y emocionarme a la inmediatez, mi rodilla empezó a moverse contra mi voluntad, me mordí el labio y dirigí mi mirada hacia mi acompañante, Atlas. —Atlas ¡por favor! Tenemos que ir a bailar esta canción— Ni siquiera me preocupé de su respuesta, simplemente le tomé la mano y me dirigí a paso acelerado hacia alguna parte donde se encontraban los demás estudiantes bailando al ritmo de la música tan contagiosa. Mi sonrisa aumentó aún más al encontrarme ahí parada, miré de la misma forma a mi acompañante y me dispuse a bailar.

No me importaba que no sea la mejor bailando, ya lo sabía, yo estaba ahí para pasar un rato ameno con un buen amigo, que había tenido la amabilidad de invitarme a tal acontecimiento. Me daba gracia ver como los demás se movían al son de la misma canción, por aquel momento me dispuse a olvidarme de cualquier cosa que rondara en mi mente y simplemente relajarme, ya habría tiempo para preocupaciones. Mi amigo se veía muy divertido bailando conmigo, lo que me hizo más feliz aún, era bueno ver que el disfrutaba de mi compañía tanto como yo de la suya —¿Lo estás pasando bien?— Pregunté acercándome un poco más, puesto que el ruido provocado por la música invadía nuestros oídos, impidiendo oír muy bien las conversaciones.

Atlas tomo la copa que le pasaba Harfang en sus manos y enseguida tuvo que agitar la copa. Costumbre que había heredado de su padre. Escucho el brindis alegre del Gryffindor y le sonrío en modo de agradecimiento - Por un año en el que nuevamente no descubran todos los problemas que hacemos- sonrío mientras golpeaba su copa con los demás. Le dio un sorbo a su ponche y miro hacia la pista de baile. La canción que comenzaba a sonar era una de las que más le gustaba. Estaba a punto de invitar a su acompañante a bailar, cuando fue sorprendido por ella que se le adelantaba, una vez más. Lo único que el chico pudo hacer fue asentir con la cabeza, mientras era arrastrado por Gretta a la pista de baile. La sonrisa de Gretta automáticamente lo hizo sonreír, era una de esas sonrisas felices contagiosas. A penas pisaron la pista de baile comenzaron a bailar junto con el resto de los alumnos que estaban a su alrededor.

El chico casi podía escuchar la voz de su madre casi orgullosa por él. Su madre siempre había insistido en que Atlas aprendiera a bailar, ella decía que el chico había heredado el talento natural de ella para esto. Solía pellizcarle los cachetes felizmente de que el chico no hubiese sido tan duro como su padre, cuando de baile se trataba. Miro a su compañera de baile y su sonrisa se hizo presente. La guiaba tranquilamente al compás de la música. Giros, pasos, el típico uno-dos. No podía evitar dejar escapar una risa mientras bailaban, ya que algunas cosas solían parecerle graciosas. Miro a su acompañante parecía se estuviera divirtiendo, lo que sinceramente lo alegraba y aliviaba a la vez. Había estado preocupado por su amiga temiendo que el encuentro con los slytherin hubiese podido arruinarle parte de la diversión, preocupándola. Sabia que no era fácil tener que lidiar con un mejor amigo como Orion Black, pero si encima le sumabas que tenia que ser niñera de Igor Diggori y el susodicho en plena fiesta, sus preocupaciones eran sinceras. No era jsuto para la rubia preocuparse por los demás, por eso es que la función del rubio Avery en esta fiesta era divertirse junto con su pareja. Por eso es que realmente se alegraba de estar bailando y ver que Hemsworth tenía una sonrisa.

Sintió a Gretta acercarse a él para poder susurrarle la pregunta. La miro con una sonrisa dibujada en los labios- Perfectamente, no podría haber tenido una mejor compañía- le dije mientras me acercaba para que pudiera escucharme.- ¿Tu estas bien? – agrego mientras la hacia girar para volverla a dejar frente a él y acercarse un poco para escuchar la respuesta de la chica.

Se miró por última vez en el espejo cerciorándose de que todo estuviese en orden, quizá acudiría solamente con Charlus al baile, pero necesitaba estar presentable, después de todo sabía que de una manera u otra Cedrella estaría allí y por más que doliera que no fuese a su lado tendría que aguantarse por el bien de los planes que esta noche acontecerían, eran de suma importancia y excesivamente vitales para todo lo que habían planeado, entendía perfectamente la situación de aquella compañera que había pedido su ayuda, de igual manera entendía de manera silenciosa a Charlus, sabía que de igual manera su mejor amigo podía leerlo como un libro aunque nunca se lo dijera, no era necesario entendía perfectamente la situación.

Salió disparado de los dormitorios y posteriormente de la sala común con Charlus pisándole los talones mientras balbuceaba un sin fin de cosas acerca de que no era una buena idea acudir al baile y que solamente irían a comer y beber ponche, el castaño apenas y lo escuchaba pues su concentración iba más allá de todo lo que pudiese relacionarse con la aberración de su mejor amigo hacia el baile de bienvenida, a ciencia cierta no sabía el por qué de su negativa, quizá por su ex-novia, quizá porque la chica que le gustaba iría con algún joven fortachón de una casa más elitista, no sabía el porqué, pero sospechaba que algo pasaba con el pobre castaño que lo seguía suavemente con la cabeza gacha, ya se encargaría de ello después, había muchas cosas pendientes entre los dos amigos, pero no le afectaba en demasía a ninguno de los dos, por lo cual el asunto podía esperar un poco más, sabía que Charlus podría aguantar mucho más que aquella rubia que le había pedido ayuda, era una de sus mejores amigas, por lo cual lo haría sin importar el que ni el por qué.

La pista de baile se encontraba repleta y Septimus no pudo evitar hacer una mueca al encontrarse con Walburga Black y Abraxas Malfoy juntos, si de manera individual eran un soberano dolor de cabeza, estando juntos la vista era insoportable, impensable tener que soportarlos juntos a tan poca distancia, el joven no le dio mucha importancia mientras con la mirada buscaba al objetivo, dejando de lado todo aquello que no fuese lo que exactamente venía a hacer a aquel baile. Sorpresivamente Cedrella de igual manera quedó en segundo plano, quizá porque no quería mirarle y descubrir que estaba hermosa como siempre y del brazo de alguna serpiente viperina de su casa, quería ahorrarse aquel dolor y enojo, por lo cual sencillamente se concentró en lo que se le había solicitado. Le guiño un ojo a la rubia mientras caminaba hacía la posición en la que se encontraba Orión Black, estaba cerca de Dorea, pero la joven parecía ausente, a decir verdad sabía que le importaba poco tener una conversación con su primo en aquellos momentos, se acercó disimuladamente al tiempo que rebuscaba en la bolsa del saco aquello que tanto trabajo le había costado conseguir, sonrió suavemente mientras de reojo revisaba que nadie sospechara del joven que se encontraba demasiado cerca de las serpientes.

Con cierto trabajo destapó la botellita y localizó la bebida del joven Black mientras vertía aquel líquido que embriagaría hasta a el más resistente, cuidadosamente escondido de primera instancia en su dormitorio y luego en los ropajes, lo vació con suavidad y un poco de lentitud al tiempo que sentía súbitamente las miradas en él, sabía ciertamente que era paranoia y no tenia de que preocuparse, por lo cual sencillamente se alejó mirando hacia otro lado justo al tiempo que captaba la mirada de Gretta y le dedicaba un guiño.

Concentraba mi mirada en la bebida que pensaba tomar cuando sentí como Walburga se acercaba a mi oído para decirme algo. Quería bailar, suponía, e iba a ir a ello. No lo mostré exteriormente pero, me alegraba poder quedarme en el sitio y que ella pudiera disfrutar igual, aunque no fuera conmigo con quien fuera a bailar. Asentí con la cabeza - Claro, aquí estaré - Dirigí mi mirada sobre ella unos segundos, para ver quién iba a ser su acompañante en aquel momento. Claro, Malfoy, cómo no lo había imaginado. Seguro que a Riddle le habría gustado más que se lo pidiera, pero bueno.

Serví dos bebidas, una para mi acompañante y futura esposa, Walburga, y otra para mí. Tras hacerlo, dirigí mi mirada de nuevo hacia Walburga para comprobar si ya venía, pero no. Por el camino mi mirada volvió a cruzarse con Gretta.
Con el pequeño incidente con el Gryffindor antes ni si quiera pude observarla con tranquilidad. Aquel vestido resaltaba su figura de una forma que ni yo mismo habría imaginado. Normalmente la veía preciosa, pero aquel vestido blanco había pasado a un nivel mayor.

No supe cuántos segundos mantuve mi mirada sobre ella, pero al darme cuenta de que estaba siendo algo grosero por Walburga, decidí apartar mi mirada de allí y volver a lo que estaba haciendo, aunque me costó unos segundos reaccionar. Recordé que lo que estaba haciendo era tomar mi bebida, y así, cogí la mía. Me llevé el cristal a los labios dirigiendo mi mirada de nuevo hacia Gretta, aunque esta vez tan solo unos segundos, pues se cruzó Walburga en el camino, que ya volvía de su hora de danza.

Asentí con la cabeza a modo de saludo, de nuevo, cogiendo el otro vaso que había cogido para Walburga - Toma, aquí tienes - Dije, ofreciéndole su copa. Cuando la cogió miré hacia donde se dirigía su mirada para comprender a quiénes se refería. Me causó especial gracia, pues, aunque sabía que no eran celos, a Tom le habría parecido muy interesante escuchar aquel comentario - ¿Tom? - Alcé los hombros, dándole una respuesta bastante simple - Yo tampoco lo sabía - Ni me interesaba demasiado, a decir verdad. Cuando dij oque Abraxas ya venía, me di cuenta de que se había ido con él pero había vuelto sola - ¿Dónde le habías dejado? - Dije no demasiado serio, pues me había hecho algo de gracia aquella situación. Volví a tomar un trago de la bebida, que tenía un toque distinto, pero... Era demasiado leve y no sabría como describirlo. Eso sí, beber me daba más sed y acababa por tomármela en pocos minutos.

A medida que iba bebiendo mi organismo se iba sintiendo distinto. Sentí como me relajaba, no me importaba no mantenerme tan serio como hacía normalmente y, por extraño que fuera, me sentía a gusto aún estando rodeado de tantas personas en un compromiso social, que no era lo mío. Mis percepciones se nublaron un poco, llegando a perder la capacidad de reflejos. Y me había mareado conforme me acababa la copa. ¿Estaba borracho? Miré a Walburga, que le había dado la misma bebida que a mí, pero la notaba completamente igual.

Sin poder controlarlo, una pequeña sonrisa asomó por mis labios, aunque ni si quiera sabría decir cuál era el motivo de aquello, simplemente... Me hacía gracia estar mareado de aquella forma tan agradable - Eh.. Wal - Mantuve la pequeña sonrisa, pero no era consciente de que sonreía - Hemos venido juntos a un baile y.. Bueno, sé que te divierte - Lo acababa de comprobar - ¿Quieres bailar? - Alcé las cejas, sin saber cuál sería su respuesta, y en realidad, me daba igual tanto un sí como un no.