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Gran Bretaña, 1945 El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería de nueva cuenta abre sus puertas para todas aquellas mentes emocionadas y expectantes de las maravillas de un nuevo año escolar. Amigos que no se han visto desde hace tiempo, queridos profesores de caras sonrientes y exigencias de un nuevo curso escolar, todo pareciera estar perfectamente calculado, todo esta planeado y se pronostica, que aquel año escolar será uno de los más anhelados y aceptados por los estudiantes. Pero no todo es lo que parece y ciertamente el plan de cierto grupo de estudiantes no es precisamente pasar sus últimos años en el colegio de manera pacífica, ellos quieren causar un cambio, quieren una revolución, quieren iniciar la diferencia en su mundo y no precisamente de la manera correcta ni por los motivos idóneos. Tom Riddle extrañamente comienza a mostrar maneras mucho más encantadoras que las del extraño chico que se conoció de primer a quinto curso, se le nota más seguro, constante y decido, sus palabras suaves como el susurro de una serpiente han comenzado a cautivar a la casa de Slytherin, prometiendo poderes y riquezas inimaginables sencillamente por participar como bulto en su movimiento revolucionario, la prudencia nunca se ha dado con las serpientes y cuando el poder se menciona y la pureza de una casta sale a relucir, casi nadie está dispuesto a negarse.
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Found the place to rest my head ✖ Alphonse
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Morsmorde :: Londres :: Zona residencial
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Found the place to rest my head ✖ Alphonse
Andromeda se paseaba frenética por la cocina removiendo todos y cada uno de los tazones, platos, cucharas y bols que su hija con esmero había preparado para la cena que entre ellas iba a suceder. Desde que Desdemona había vuelto de Francia que su madre había marcado los jueves como un día de mujeres, Andromeda iba a casa de su hija y tras cocinar juntas se ponían al día en una más que agradable cena. Mona había encontrado ese momento entre ellas una verdadera delicia, pero últimamente se le estaba volviendo costa arriba, sabía que lo hacía con buena intención que incluso ni se daba cuenta de lo molesto que esto podía llegar a ser, pero su madre no podía evitar sacar una y otra vez el tema de la boda. Esas largas conversaciones sobre sueños, sobre música, pintura... Incluso sobre la infancia de la muchacha se habían tornado ahora en una serie de ¿Y cuando vamos a ir a por tú vestido? ¿Te han comentado ya algo sobre la fecha? O peor todavía, le hablaba de Alphonse ¿Esta contento contigo? ¿Os veis todos los días? Desdemona no soportaba hablar de su prometido, al principio por que no le gustaba la idea de tener que casarse, ahora por ese extraño nudo que se le hacía en la garganta o ese rubor que le subía por las mejillas cada vez que sentía su mirada recorriendo su pálida piel. Su corazón latía acelerado por él, y no podía permitir tal cosa, no podía caer por alguien que no estaba dispuesto a caer por ella.
Mona se llevó a los labios la cuchara cubierta de caramelo sintiendo el contacto dulce y pegajoso de este deslizarse por la garganta, habían hecho pasteles, de chocolate, caramelo, vainilla... Siempre había tenido una gran afición por la cocina, era algo heredado por su madre – ¿Le has pedido a Alphonse que vaya contigo al baile de bienvenida? – El caramelo se le paró en mitad de la garganta obligandola a toser, a golpearse el pecho intentando calmar tal cosa – ¡No! ¡Por supuesto que no! Estoy en ese baile por trabajo, no para bailar y divertirme... – Si era sincera consigo misma, había pensado en más de una ocasión en que sería divertido que su prometido la acompañara a aquella fiesta, no le habían prohibido tal cosa, es más, muchos de los profesores iban acompañados al baile por sus respectivas parejas, pero no tenía el valor suficiente para hacer tal cosa. Además, podía decir que no y si lo hacía sabía que no sería capaz de volver a mirarle a la cara sin morir de vergüenza – ¿Te e contado alguna vez como nos enamoramos tú padre y yo? – Mona resopló – Fue en el baile de Hogwarts, no íbamos juntos, pero... – La voz de Desdemona acalló la de su madre – Cuando le viste al otro lado del gran salón, bailando con sus amigos dejaste a tú pareja y fuiste a buscarle... Me lo has contado miles de veces mamá – Sus padre se habían casado enamorados, y Desdemona les envidiaba, ella había deseado eso desde que era una niña y pensar que no podía tenerlo la enfadaba – Quien te dice que a Alphonse y a ti no os pasará lo mismo – Desdemona se sonrojó – ¡MAMA! No digas esas cosas... – La reprendió.
Andromeda iba a decir algo ante las palabras de su hija, pero el sonido del timbre llamó la atención de las dos brujas – Esa debe de ser tú hermana – Aquella noche Endora, la mayor, se había apuntado a su cena de chicas, desde que la habían ascendido en el ministerio que estaba muy ocupada pero había sacado un hueco para estar con las dos. Mona estaba más que feliz con aquello, Endora no era muy partidaria de que su hermana se tuviera que casar por obligación y aunque no lo decía abiertamente si que cortaba a la matriarca de la familia Greengrass cuando sentía que esta se estaba pasando – ¡Ya voy! – Exclamó Desdemona mientras cogía la bandeja con los dulces que madre e hija habían hecho, cruzó el pasillo del pequeño apartamento que para si misma tenía, uno que había comprado nada más volver y que aunque pequeño al menos era íntimo, y se acercó a la puerta abriéndola de un tirón – Has llegado tarde ¡Te voy a dejar sin dulces que lo sepas! – Cuando alzó la mirada para ver el rostro de su hermana, la sorprendió la barba recortada y el cabello rubio de su prometido, sus mejillas se sonrojaron de inmediato y entre abrió los labios buscando que decir. Finalmente, no dijo nada. A su espalda escuchó los pasos de su madre acercándose – ¿Alphonse? ¿Que haces tú aquí?
Mona se llevó a los labios la cuchara cubierta de caramelo sintiendo el contacto dulce y pegajoso de este deslizarse por la garganta, habían hecho pasteles, de chocolate, caramelo, vainilla... Siempre había tenido una gran afición por la cocina, era algo heredado por su madre – ¿Le has pedido a Alphonse que vaya contigo al baile de bienvenida? – El caramelo se le paró en mitad de la garganta obligandola a toser, a golpearse el pecho intentando calmar tal cosa – ¡No! ¡Por supuesto que no! Estoy en ese baile por trabajo, no para bailar y divertirme... – Si era sincera consigo misma, había pensado en más de una ocasión en que sería divertido que su prometido la acompañara a aquella fiesta, no le habían prohibido tal cosa, es más, muchos de los profesores iban acompañados al baile por sus respectivas parejas, pero no tenía el valor suficiente para hacer tal cosa. Además, podía decir que no y si lo hacía sabía que no sería capaz de volver a mirarle a la cara sin morir de vergüenza – ¿Te e contado alguna vez como nos enamoramos tú padre y yo? – Mona resopló – Fue en el baile de Hogwarts, no íbamos juntos, pero... – La voz de Desdemona acalló la de su madre – Cuando le viste al otro lado del gran salón, bailando con sus amigos dejaste a tú pareja y fuiste a buscarle... Me lo has contado miles de veces mamá – Sus padre se habían casado enamorados, y Desdemona les envidiaba, ella había deseado eso desde que era una niña y pensar que no podía tenerlo la enfadaba – Quien te dice que a Alphonse y a ti no os pasará lo mismo – Desdemona se sonrojó – ¡MAMA! No digas esas cosas... – La reprendió.
Andromeda iba a decir algo ante las palabras de su hija, pero el sonido del timbre llamó la atención de las dos brujas – Esa debe de ser tú hermana – Aquella noche Endora, la mayor, se había apuntado a su cena de chicas, desde que la habían ascendido en el ministerio que estaba muy ocupada pero había sacado un hueco para estar con las dos. Mona estaba más que feliz con aquello, Endora no era muy partidaria de que su hermana se tuviera que casar por obligación y aunque no lo decía abiertamente si que cortaba a la matriarca de la familia Greengrass cuando sentía que esta se estaba pasando – ¡Ya voy! – Exclamó Desdemona mientras cogía la bandeja con los dulces que madre e hija habían hecho, cruzó el pasillo del pequeño apartamento que para si misma tenía, uno que había comprado nada más volver y que aunque pequeño al menos era íntimo, y se acercó a la puerta abriéndola de un tirón – Has llegado tarde ¡Te voy a dejar sin dulces que lo sepas! – Cuando alzó la mirada para ver el rostro de su hermana, la sorprendió la barba recortada y el cabello rubio de su prometido, sus mejillas se sonrojaron de inmediato y entre abrió los labios buscando que decir. Finalmente, no dijo nada. A su espalda escuchó los pasos de su madre acercándose – ¿Alphonse? ¿Que haces tú aquí?
Desdemona A. Greengrass- Profesorado
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Re: Found the place to rest my head ✖ Alphonse
Había pasado casi todo el día en compañía de Violet, su hermana menor siempre se ponía un poco neurótica cuando se acercaba la vuelta del colegio porque quería estar impecable para el regreso a clases y era su último curso, así que era prácticamente imposible de contener.
"Tú tienes más paciencia que yo, así que te la encargo, es toda tuya..." con esas palabras tan simples, Rolf se había desentendido del asunto y separado de ambos, huyendo por los reveses del Callejón Diagon con una facilidad increíble. Alphonse ni siquiera tuvo oportunidad de oponerse cuando su hermano ya había desaparecido entre la gente, quedándose él a merced de Violet. Era cierto que él tenía más paciencia, pero pasarse horas en la tienda de túnicas de Madame Malkin no era precisamente su idea de diversión. Aguantó el tipo por amor a su hermanita, y porque ella realmente se veía radiante en aquella túnica púrpura que había escogido, sabía que sería blanco de miradas y aunque esa idea no le agradaba demasiado procuró guardar silencio, no todo el tiempo tenía que comportarse como un hermano mayor obsesivo y sobreprotector.
"Tendremos un baile de bienvenida por inicio de curso, así que tengo que ir impecable. Seguro que Desdemona estará allí, ¿no te lo había comentado?" Violet dejó caer el tema mientras él la ayudaba con los paquetes de túnicas y Alphonse balbuceó una respuesta negativa. De hecho las palabras de su hermana le hicieron pensar que hacía unos cinco días que no veía a su prometida, o tal vez un poco menos; pero había estado muy ocupado con el trabajo y su padre le pidió que hiciese un viaje por él fuera de Londres. Tomó la decisión de ir a visitar a Desdemona después de regresar a Violet a la mansión de los Nott. Su hermana incluso le recordó amablemente que había comprado una bufanda para su futura cuñada y Alphonse se aferró al regalo como una ofrenda de paz.
Cuando llamó a la puerta, no se esperó ser recibido con tanta efusividad, pero no tardó en darse cuenta que su prometida en realidad no lo estaba esperando a él. Podía leer en su cara lo apenada que estaba, y él pronunció la sonrisa para hacerle ver que no pasaba nada. De hecho, debió haber avisado antes que iba a venir y estaba a punto de disculparse cuando escuchó desde dentro la voz de su suegra.
-Lamento haber venido sin avisar, si es un mal momento puedo venir después, no hay problema...- susurró, esperando que ella le dijese algo. No iba a negar que era una ligera decepción tener que irse de allí, pero si ella tenía visitas y no deseaba recibirlo, lo aceptaría sin problemas. Aunque estaba seguro que Violet le echaría algo de bronca luego si regresaba a casa tan pronto. Mujeres.
"Tú tienes más paciencia que yo, así que te la encargo, es toda tuya..." con esas palabras tan simples, Rolf se había desentendido del asunto y separado de ambos, huyendo por los reveses del Callejón Diagon con una facilidad increíble. Alphonse ni siquiera tuvo oportunidad de oponerse cuando su hermano ya había desaparecido entre la gente, quedándose él a merced de Violet. Era cierto que él tenía más paciencia, pero pasarse horas en la tienda de túnicas de Madame Malkin no era precisamente su idea de diversión. Aguantó el tipo por amor a su hermanita, y porque ella realmente se veía radiante en aquella túnica púrpura que había escogido, sabía que sería blanco de miradas y aunque esa idea no le agradaba demasiado procuró guardar silencio, no todo el tiempo tenía que comportarse como un hermano mayor obsesivo y sobreprotector.
"Tendremos un baile de bienvenida por inicio de curso, así que tengo que ir impecable. Seguro que Desdemona estará allí, ¿no te lo había comentado?" Violet dejó caer el tema mientras él la ayudaba con los paquetes de túnicas y Alphonse balbuceó una respuesta negativa. De hecho las palabras de su hermana le hicieron pensar que hacía unos cinco días que no veía a su prometida, o tal vez un poco menos; pero había estado muy ocupado con el trabajo y su padre le pidió que hiciese un viaje por él fuera de Londres. Tomó la decisión de ir a visitar a Desdemona después de regresar a Violet a la mansión de los Nott. Su hermana incluso le recordó amablemente que había comprado una bufanda para su futura cuñada y Alphonse se aferró al regalo como una ofrenda de paz.
Cuando llamó a la puerta, no se esperó ser recibido con tanta efusividad, pero no tardó en darse cuenta que su prometida en realidad no lo estaba esperando a él. Podía leer en su cara lo apenada que estaba, y él pronunció la sonrisa para hacerle ver que no pasaba nada. De hecho, debió haber avisado antes que iba a venir y estaba a punto de disculparse cuando escuchó desde dentro la voz de su suegra.
-Lamento haber venido sin avisar, si es un mal momento puedo venir después, no hay problema...- susurró, esperando que ella le dijese algo. No iba a negar que era una ligera decepción tener que irse de allí, pero si ella tenía visitas y no deseaba recibirlo, lo aceptaría sin problemas. Aunque estaba seguro que Violet le echaría algo de bronca luego si regresaba a casa tan pronto. Mujeres.
Alphonse C. Nott- Mensajes : 25
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Re: Found the place to rest my head ✖ Alphonse
La mirada de Desdemona se perdió en los pasteles que portaba en las manos, siempre que él estaba cerca intentaba ser seria, fría, distante, una mujer madura de carácter fuerte, que la hubiera encontrado jugando a las cocineras con su madre la hizo sentirse como una niña. Y con él no quería parecer una cría. Llevaban cuatro días sin verse, aunque la última vez que se habían visto había sido tan efímero que se podían contar como muchos más, en su interior sabía que le había echado de menos, pero no sabía bien como decirle tal cosa. Alzó la mirada al escucharle hablar y negó con la cabeza – No por favor, pasa, hace un frío horrible... N-no soportaría dejarte marchar así – Desdemona abrió un poco más la puerta para que Alphonse pudiera entrar, el no había estado antes en su piso, era su sitio privado, sabía que vivía allí la había acompañado a la puerta alguna pero nada más. De reojo vio a su madre, quien esbozaba una media sonrisa – No es un mal momento querido – Dijo dando un par de pasos acercándose a su hija – Hemos pasado una tarde de chicas, ya sabes, de compras... De echo yo ya me iba, mi esposo me esta esperando – Desdemona ladeó el rostro con rapidez, pero no pudo decir nada, su madre le plantó un beso en cada mejilla y lo mismo hizo con su prometido – Que tengáis una buena noche
La puerta se cerró y Desdemona observó de reojo a Alphonse esbozando una media sonrisa, intentando recuperar de nuevo esa posición distante, esa compostura que ante él se esforzaba por tener – No le gusta este piso, dice que parece que vivo como una muggle... No tengo ni chimenea – Comentó con un tono cercano a lo jocoso. En parte a ella tampoco es que le encantara, pero a veces una necesita desconectar y vivir alejada de la magia a veces era una de las mejores maneras de estar en paz. No le gustaban los muggles, los consideraba un incordio, pero tenía que admitir que tenían muchos menos dolores de cabeza que los magos – Pasa por favor, ponte cómodo, esta es tú casa al fin y al cabo – No consideraba que fueran a vivir allí cuando se casaran, pero se supone que “lo que es tuyo es mío” y por lo tanto Desdemona le cedía aquel lugar para lo que quisiera – P-por aquí – Añadió realizando un suave movimiento con la cabeza para que la siguiera hacia la cocina. Los dos se adentraron en la pequeña cocina – Siéntate ¿Que te trae por aquí? No te esperaba – Mona aprovechó ese momento para dejar los dulces de nuevo en la repisa – ¿H-has cenado? Puedes quedarte a cenar conmigo...
La puerta se cerró y Desdemona observó de reojo a Alphonse esbozando una media sonrisa, intentando recuperar de nuevo esa posición distante, esa compostura que ante él se esforzaba por tener – No le gusta este piso, dice que parece que vivo como una muggle... No tengo ni chimenea – Comentó con un tono cercano a lo jocoso. En parte a ella tampoco es que le encantara, pero a veces una necesita desconectar y vivir alejada de la magia a veces era una de las mejores maneras de estar en paz. No le gustaban los muggles, los consideraba un incordio, pero tenía que admitir que tenían muchos menos dolores de cabeza que los magos – Pasa por favor, ponte cómodo, esta es tú casa al fin y al cabo – No consideraba que fueran a vivir allí cuando se casaran, pero se supone que “lo que es tuyo es mío” y por lo tanto Desdemona le cedía aquel lugar para lo que quisiera – P-por aquí – Añadió realizando un suave movimiento con la cabeza para que la siguiera hacia la cocina. Los dos se adentraron en la pequeña cocina – Siéntate ¿Que te trae por aquí? No te esperaba – Mona aprovechó ese momento para dejar los dulces de nuevo en la repisa – ¿H-has cenado? Puedes quedarte a cenar conmigo...
Desdemona A. Greengrass- Profesorado
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Re: Found the place to rest my head ✖ Alphonse
A Alphonse siempre le había parecido que la madre de Desdemona y la suya se parecían demasiado, podía imaginarlas a ambas tomando el té y discutiendo sobre la mejor fecha para el matrimonio de sus hijos. Aquella imagen mental le resultaba tan divertida como escalofriante, de modo que sólo sonrió con un gesto cálido a su suegra mientras ésta se despedía con un par de besos en su mejilla.
-Por favor, dé saludos a su esposo de mi parte...- alcanzó a decirle a la mujer mientras ésta desaparecía tras la puerta. Sólo cuando la mujer se fue y él quedó únicamente con la compañía de Desdemona se atrevió a relajarse un poco. Examinó de manera curiosa el apartamento en que vivía su futura esposa, porque había tenido pocas oportunidades de venir hasta aquí, por lo general la visitaba en casa de sus padres o pasaban alguna temporada en casa de los Nott, en fiestas largas y tediosas a las que eran invitados por el peso del apellido familiar.
La morena había dicho que vivía como una muggle y que eso a su madre le disgustaba; Alphonse no podía decir que él a eso le parecía bien, pero en cuanto se casaran era lógico que se mudarían a Canterbury, a la residencia que había pertenecido a su familia desde hacía tantas generaciones. Aún así examinó el recinto con cierta curiosidad, para después tomar asiento en el sofá que estaba en la sala. Se fijó en su prometida, pronunciando poco a poco la sonrisa y haciéndole un gesto para invitarla a sentarse a su lado.
-En realidad sólo vine a una pequeña visita, no nos veíamos desde hacía unos días. Pero estuve algo ocupado, mi padre me pidió que acudiera en su nombre a una pequeña reunión mágica fuera de Londres. No quería incomodarte, así que por eso no pedí que me acompañaras, sé que debes estar ocupada con la vuelta del colegio, las últimas semanas de agosto siempre es un revuelo...- comentó con una sonrisa, al tiempo que hacía un movimiento con su varita, apareciendo la caja que contenía el regalo de Violet para su futura esposa. La extendió hasta ella, colocándola sobre su regazo- Violet te manda esto, por cierto... es para ti, espera que te guste...- su hermana pequeña siempre había aprobado a Desdemona desde un primer lugar. Nunca lo decía pero a Alphonse le reconfortaba que se llevasen bien, al principio cuando anunciaron su compromiso se preocupó un poco de los celos que podía despertar en su hermana, pero por fortuna esto no sucedió.
-Por favor, dé saludos a su esposo de mi parte...- alcanzó a decirle a la mujer mientras ésta desaparecía tras la puerta. Sólo cuando la mujer se fue y él quedó únicamente con la compañía de Desdemona se atrevió a relajarse un poco. Examinó de manera curiosa el apartamento en que vivía su futura esposa, porque había tenido pocas oportunidades de venir hasta aquí, por lo general la visitaba en casa de sus padres o pasaban alguna temporada en casa de los Nott, en fiestas largas y tediosas a las que eran invitados por el peso del apellido familiar.
La morena había dicho que vivía como una muggle y que eso a su madre le disgustaba; Alphonse no podía decir que él a eso le parecía bien, pero en cuanto se casaran era lógico que se mudarían a Canterbury, a la residencia que había pertenecido a su familia desde hacía tantas generaciones. Aún así examinó el recinto con cierta curiosidad, para después tomar asiento en el sofá que estaba en la sala. Se fijó en su prometida, pronunciando poco a poco la sonrisa y haciéndole un gesto para invitarla a sentarse a su lado.
-En realidad sólo vine a una pequeña visita, no nos veíamos desde hacía unos días. Pero estuve algo ocupado, mi padre me pidió que acudiera en su nombre a una pequeña reunión mágica fuera de Londres. No quería incomodarte, así que por eso no pedí que me acompañaras, sé que debes estar ocupada con la vuelta del colegio, las últimas semanas de agosto siempre es un revuelo...- comentó con una sonrisa, al tiempo que hacía un movimiento con su varita, apareciendo la caja que contenía el regalo de Violet para su futura esposa. La extendió hasta ella, colocándola sobre su regazo- Violet te manda esto, por cierto... es para ti, espera que te guste...- su hermana pequeña siempre había aprobado a Desdemona desde un primer lugar. Nunca lo decía pero a Alphonse le reconfortaba que se llevasen bien, al principio cuando anunciaron su compromiso se preocupó un poco de los celos que podía despertar en su hermana, pero por fortuna esto no sucedió.
Alphonse C. Nott- Mensajes : 25
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Re: Found the place to rest my head ✖ Alphonse
Andormeda, la madre de Desdemona, siempre había sido una mujer muy cariñosa con los que consideraba de los suyos, y Alphonse era uno de esos que tenían un sitio en el corazón de la matriarca de los Greengrass. Se había enterado hacía poco, pero no la había pillado por sorpresa, que aunque el matrimonio era una cosa que se estaba pactando entre él Señor Nott y el suyo propio había sido la propia Astoria quien había convencido a su esposo de que el mejor candidato era Alphonse. Decía de él que era inteligente, educado, guapo y que sabía tratar a la gente, argumentaba que Desdemona merecía alguien que cuidara de ella y que la tratara como se merecía, pero sobretodo estaba obsesionada en encontrar un hombre que, aunque no la quisiera como ella había querido a su esposo el día de su boda, si fuera lo bastante educado como para guardarle fidelidad, como para tener paciencia hasta dejar que el amor surgiera. Mona no sabía bien si Alphonse llegaría a quererla algún día, pero aunque no pensaba admitirlo, consideraba que todos y cada uno de los argumentos que su madre daba era más que certero – Lo haré querido – Se despidió mientras se alejaba rumbo a la calle.
Desdemona observó de reojo a su prometido, viendo como este se sentaba en el sofá negro que se encontraba dispuesto en el salón. La verdad es que evitaba tener visitas en aquel pequeño apartamento, como bien había dicho parecía más el apartamento de una muggle que el de una maga y sabía que sus amigos no iban a comprender sus deducciones sobre por que le gustaba vivir de ese modo, pero la verdad es que no quería que Alphonse se fuera – Cinco días – Susurró más para si misma que para que su prometido lo escuchara – Eres muy agradable, no tienes que darme explicaciones, no soy quien para pedirlas – Dijo mientras se sentaba a su lado – Además eres un hombre ocupado, lo comprendo – Añadió mientras esbozaba una media sonrisa y se acomodaba el cabello tras la oreja, le gustaba estar perfecta para él y sentía que aquella noche llevaba el cabello hecho un desastre – Esta siendo un poco estresante, prepararlo todo, las clases... – Resopló – Además en nada habra un baile y... Tengo que ir de supervisora, me he pasado toda la tarde con mi madre buscando el vestido... Ha sido un horror – Se mordió el labio soltando una suave risa. Desdemona vamos es el momento, pídeselo dile que te acompañe. Mona tomó aire con suavidad – T-tal vez... Bueno, s-si te apetece desconectar podemos ir juntos... – Negó con la cabeza – O-olvídalo por favor es una tontería
Ante sus ojos se apareció una caja, la cual su prometido posó contra su regazo, bajó la mirada, sus mejillas tomaron cierto matiz sonrosado – Que dulce – Susurró, Mona adoraba a Violet, era tan buena con ella, tan comprensiva, la apoyaba casi desde el primer instante y se lo agradecía, pues entrar nueva a una familia sin tener a nadie de tu parte es un horror. Desdemona abrió la caja y se encontró en ella una bufanda de un color canela la cual con el contacto de los dedos era tan suave como una caricia. Esbozó una sonrisa – Es preciosa, me encanta... ¿La darías las gracias de mi parte? – Su pulgar se deslizaba de un modo distraído aún acariciando la bufanda – P-pero yo no tengo nada para ella... ¿Por que no te llevas unos cuantos dulces, de todos modos quería que tú madre los probara, se lo prometí... Y m-me haría mucha ilusión que tú también los probaras
Desdemona observó de reojo a su prometido, viendo como este se sentaba en el sofá negro que se encontraba dispuesto en el salón. La verdad es que evitaba tener visitas en aquel pequeño apartamento, como bien había dicho parecía más el apartamento de una muggle que el de una maga y sabía que sus amigos no iban a comprender sus deducciones sobre por que le gustaba vivir de ese modo, pero la verdad es que no quería que Alphonse se fuera – Cinco días – Susurró más para si misma que para que su prometido lo escuchara – Eres muy agradable, no tienes que darme explicaciones, no soy quien para pedirlas – Dijo mientras se sentaba a su lado – Además eres un hombre ocupado, lo comprendo – Añadió mientras esbozaba una media sonrisa y se acomodaba el cabello tras la oreja, le gustaba estar perfecta para él y sentía que aquella noche llevaba el cabello hecho un desastre – Esta siendo un poco estresante, prepararlo todo, las clases... – Resopló – Además en nada habra un baile y... Tengo que ir de supervisora, me he pasado toda la tarde con mi madre buscando el vestido... Ha sido un horror – Se mordió el labio soltando una suave risa. Desdemona vamos es el momento, pídeselo dile que te acompañe. Mona tomó aire con suavidad – T-tal vez... Bueno, s-si te apetece desconectar podemos ir juntos... – Negó con la cabeza – O-olvídalo por favor es una tontería
Ante sus ojos se apareció una caja, la cual su prometido posó contra su regazo, bajó la mirada, sus mejillas tomaron cierto matiz sonrosado – Que dulce – Susurró, Mona adoraba a Violet, era tan buena con ella, tan comprensiva, la apoyaba casi desde el primer instante y se lo agradecía, pues entrar nueva a una familia sin tener a nadie de tu parte es un horror. Desdemona abrió la caja y se encontró en ella una bufanda de un color canela la cual con el contacto de los dedos era tan suave como una caricia. Esbozó una sonrisa – Es preciosa, me encanta... ¿La darías las gracias de mi parte? – Su pulgar se deslizaba de un modo distraído aún acariciando la bufanda – P-pero yo no tengo nada para ella... ¿Por que no te llevas unos cuantos dulces, de todos modos quería que tú madre los probara, se lo prometí... Y m-me haría mucha ilusión que tú también los probaras
Desdemona A. Greengrass- Profesorado
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Re: Found the place to rest my head ✖ Alphonse
Estaba el asunto del baile de bienvenida, él se había enterado por su hermana, después de pasar horas escogiendo una túnica adecuada era un poco difícil mantenerse indiferente en ese tema. Desdemona y él no habían tenido oportunidad para hablar sobre ello y de hecho ésta era la primera vez que lo hablaban. Alphonse no podía decir que estaba sorprendido por el ofrecimiento de su futura esposa, aunque normalmente era él quien le pedía que la acompañase a distintos eventos sociales, pero era la primera vez que Desdemona le invitaba a él a un evento involucrado con su vida laboral.
Sin embargo, no tuvo tiempo para responder porque enseguida ella desechó la petición, alegando que quizás para él sería una tontería. Alphonse guardó silencio, no quería iniciar una discusión por un tema tan banal como un baile en Hogwarts, pero a él no le parecía una tontería en lo absoluto. Del tiempo que llevaba tratándola, se daba cuenta que ella a veces descartaba sus ideas, no sabía si lo hacía porque era así con el resto de la gente o porque consideraba que a él le aburriría cualquier cosa que propusiera.
-Mi hermana ya me había comentado del baile, de hecho gracias al susodicho baile estuve por horas esperando a que Violet decidiese el vestido adecuado...- comentó haciendo un diminuto puchero, haciendo ver que no había disfrutado del todo la odisea de las compras. Adoraba a su hermana menor, y menos mal que ella no le pedía que fuera su acompañante de compras todos los días o terminaría internado en San Mungo- me alegra que te guste el regalo de Violet, creo que ambas tienen gustos similares...- de hecho en más de una ocasión Alphonse había acudido a su hermana para alguna asesoría cuando tenía que comprar un presente para Desdemona y hasta el momento el ojo previsor de Violet no había fallado- y sabes... no me molestaría acudir al baile, si tú quieres. Hace mucho tiempo que no voy al colegio, voy a sentirme un completo viejo entre tantos mocosos. Pero por supuesto que iré si me lo permites...- dijo por fin, buscando su mirada. Creyó que era mejor no retrasar más ese asunto y dejar claro que no tenía problemas en acudir junto a ella.
Sin embargo, no tuvo tiempo para responder porque enseguida ella desechó la petición, alegando que quizás para él sería una tontería. Alphonse guardó silencio, no quería iniciar una discusión por un tema tan banal como un baile en Hogwarts, pero a él no le parecía una tontería en lo absoluto. Del tiempo que llevaba tratándola, se daba cuenta que ella a veces descartaba sus ideas, no sabía si lo hacía porque era así con el resto de la gente o porque consideraba que a él le aburriría cualquier cosa que propusiera.
-Mi hermana ya me había comentado del baile, de hecho gracias al susodicho baile estuve por horas esperando a que Violet decidiese el vestido adecuado...- comentó haciendo un diminuto puchero, haciendo ver que no había disfrutado del todo la odisea de las compras. Adoraba a su hermana menor, y menos mal que ella no le pedía que fuera su acompañante de compras todos los días o terminaría internado en San Mungo- me alegra que te guste el regalo de Violet, creo que ambas tienen gustos similares...- de hecho en más de una ocasión Alphonse había acudido a su hermana para alguna asesoría cuando tenía que comprar un presente para Desdemona y hasta el momento el ojo previsor de Violet no había fallado- y sabes... no me molestaría acudir al baile, si tú quieres. Hace mucho tiempo que no voy al colegio, voy a sentirme un completo viejo entre tantos mocosos. Pero por supuesto que iré si me lo permites...- dijo por fin, buscando su mirada. Creyó que era mejor no retrasar más ese asunto y dejar claro que no tenía problemas en acudir junto a ella.
Alphonse C. Nott- Mensajes : 25
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Re: Found the place to rest my head ✖ Alphonse
Desdemona tan solo había estado un par de veces en Hogwarts y había sido para ver ese lugar que ahora iba a ser su centro de trabajo. Mientras que sus hermanos si habían sido alumnos de honor en la casa de la serpiente, habían luchado con uñas y dientes para que la niña de la casa no tuviera que embarrarse en una situación turbulenta como las guerras del mundo mágico eran. Al final se había visto envuelta en el sin pedirlo, pero la verdad es que su época escolar había sido de las más felices. Una suave risa abandonó los labios de la profesora al escuchar sus palabras, ella tampoco era una gran amiga del mundo de las comparas, tenía una figura bonita y por suerte no tenía que dar demasiadas vueltas para encontrar algo que le sentara bien, pero su madre era perfeccionista hasta lo enfermizo, y si iban de compras juntas... Mejor reservar un par de horas – Te comprendo, mi madre me ha tenido dando vueltas durante largas horas para que al final cogiéramos la primera que me había probado – Alzó los hombros resignada, era su madre ¿Que iba a hacer?
Violet era adorable, desde el primer momento y sin que Alphonse se diera cuenta, le había estado contando cosas sobre su hermano para poder encajar. Cual era su comida favorita, su pasión por el Quidditch y otros pequeños detalles que los habían llevado a tener más de una agradable conversación. En las fiestas de alta sociedad la pareja que hacían era más que alabada, dos familias pudientes, los dos jóvenes y por que no, guapos, muchas le decían lo afortunada que era de estar con él. Pero la verdad es que más allá de sus puntuales citas entre ellos no había nada, no había amor, pero tampoco esos gestos de cariño, besos, abrazos, caricias... Al parecer hasta no estar casados nada de nada. Desdemona se planteaba ahora si en el baile no debería besarle, tal vez era tradición familiar el enamorarse en los bailes – Tú hermana es demasiado buena conmigo, me ayudó mucho a encajar... Y bueno, tú madre siempre ha sido tan agradable... No se si mi familia esta a la altura de la tuya, siempre os estaremos agradecidos
Sus miradas se encontraron y una amplia sonrisa se dibujó en los labios de Desdemona de inmediato – Sería maravilloso, tendremos que echar un ojo un poco a los adolescentes pero... Seguro que nos lo pasamos bien – Se mordió el labio – Podrás contarme cosas de cuanto ibas al colegio
Violet era adorable, desde el primer momento y sin que Alphonse se diera cuenta, le había estado contando cosas sobre su hermano para poder encajar. Cual era su comida favorita, su pasión por el Quidditch y otros pequeños detalles que los habían llevado a tener más de una agradable conversación. En las fiestas de alta sociedad la pareja que hacían era más que alabada, dos familias pudientes, los dos jóvenes y por que no, guapos, muchas le decían lo afortunada que era de estar con él. Pero la verdad es que más allá de sus puntuales citas entre ellos no había nada, no había amor, pero tampoco esos gestos de cariño, besos, abrazos, caricias... Al parecer hasta no estar casados nada de nada. Desdemona se planteaba ahora si en el baile no debería besarle, tal vez era tradición familiar el enamorarse en los bailes – Tú hermana es demasiado buena conmigo, me ayudó mucho a encajar... Y bueno, tú madre siempre ha sido tan agradable... No se si mi familia esta a la altura de la tuya, siempre os estaremos agradecidos
Sus miradas se encontraron y una amplia sonrisa se dibujó en los labios de Desdemona de inmediato – Sería maravilloso, tendremos que echar un ojo un poco a los adolescentes pero... Seguro que nos lo pasamos bien – Se mordió el labio – Podrás contarme cosas de cuanto ibas al colegio
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Re: Found the place to rest my head ✖ Alphonse
Podía imaginarse perfectamente a su suegra buscando el vestido adecuado para Desdemona. Podía inferir también que para su prometida quizás esa no era la actividad más placentera del mundo. Era fácil saber quién iba a estar encargada de todos los preparativos relativos a su futuro matrimonio, aunque prefirió no pensar demasiado en eso de momento, no era la ocasión para hablar de lo inevitable.
En cambio se acomodó mejor sobre el sofá y sonrió ante la mención a Violet. A pesar de los años que los separaban, Alphonse tuvo claro desde el primer instante que adoraba a esa pequeña bebé que su madre le dejó cargar con tan sólo unos días de nacida. Como era la única mujer, era lo más lógico que Violet fuera la consentida de la casa, a Alphonse ni siquiera le preocupaba porque eran sus padres los que estaban obligados a imponer la disciplina, él como hermano mayor tenía el papel de consentidor que ocupaba la gran mayoría del tiempo y no podía decir que se arrepintiese, aunque no lo admitiría en voz alta porque algo de orgullo aún tenía.
-Me alegra que mi hermana y tú se lleven bien...- comentó en un arranque de sinceridad. Iban a ser familia después de todo y que Violet y Desdemona se llevaran bien, resultaba un asunto de suma importancia para él- entonces está decidido, te acompañaré. No te preocupes, sé cómo son los adolescentes, dudo mucho que Hogwarts haya cambiado tanto desde que me gradué. Y no sé si quieras escuchar historias de mi adolescencia, podrías asustarte y querer romper el compromiso...- pronunció la sonrisa. Era evidentemente una broma, Desdemona no podría ni romper el compromiso aunque lo deseara y también una exageración que sus años adolescentes hubieran sido tan terribles, aunque seguro que algunos profesores opinaban lo contrario- sólo que a cambio también debes contarme cómo fue tu estancia en Francia...- dijo con un tono más suave y sugerente. Su prometida no asistió a Hogwarts, a diferencia de los hermanos Greengrass, con quienes no compartió clases pero sí se cruzó alguna vez en el castillo.
En cambio se acomodó mejor sobre el sofá y sonrió ante la mención a Violet. A pesar de los años que los separaban, Alphonse tuvo claro desde el primer instante que adoraba a esa pequeña bebé que su madre le dejó cargar con tan sólo unos días de nacida. Como era la única mujer, era lo más lógico que Violet fuera la consentida de la casa, a Alphonse ni siquiera le preocupaba porque eran sus padres los que estaban obligados a imponer la disciplina, él como hermano mayor tenía el papel de consentidor que ocupaba la gran mayoría del tiempo y no podía decir que se arrepintiese, aunque no lo admitiría en voz alta porque algo de orgullo aún tenía.
-Me alegra que mi hermana y tú se lleven bien...- comentó en un arranque de sinceridad. Iban a ser familia después de todo y que Violet y Desdemona se llevaran bien, resultaba un asunto de suma importancia para él- entonces está decidido, te acompañaré. No te preocupes, sé cómo son los adolescentes, dudo mucho que Hogwarts haya cambiado tanto desde que me gradué. Y no sé si quieras escuchar historias de mi adolescencia, podrías asustarte y querer romper el compromiso...- pronunció la sonrisa. Era evidentemente una broma, Desdemona no podría ni romper el compromiso aunque lo deseara y también una exageración que sus años adolescentes hubieran sido tan terribles, aunque seguro que algunos profesores opinaban lo contrario- sólo que a cambio también debes contarme cómo fue tu estancia en Francia...- dijo con un tono más suave y sugerente. Su prometida no asistió a Hogwarts, a diferencia de los hermanos Greengrass, con quienes no compartió clases pero sí se cruzó alguna vez en el castillo.
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Re: Found the place to rest my head ✖ Alphonse
Desdemona esbozó una media sonrisa ante sus palabras – Pongo todo mi empeño en ella, aunque me lo pone fácil – Comentó con suavidad. Mona comprendía que aquel tema podía ser importante para Alphonse, pues a ella también le parecía muy importante el que sus padres y hermanos se llevaran bien con su futuro esposo. Su madre adoraba a Alphonse al igual que su padre, al fina y al cabo ellos lo habían elegido, su hermano se había mostrado imparcial al principio, pero al conocerlo se habían hecho muy buenos amigos, compartían muchos gustos además de que los dos habían compartido casa en el colegio, diferente año, pero el orgullo va por la sangre. Su hermana era otro mundo, no tenía nada en contra de él pero el tema del matrimonio concertado de su pequeña siempre la había molestado – Mis padres tienen ganas de que vuelvas a ir a cenar a casa – Y ella también, le gustaba cuando actuaban cercano a un matrimonio, poco a poco se había acostumbrado a la idea, incluso era feliz y estaba ilusionada ¿Y él? Se preguntaba que sentía ahora Alphonse, con el tiempo pasado, sobre su próximo matrimonio – Tú madre me dijo que ya tenías el traje... Me muero por verte
El corazón le dio un vuelco al escuchar como si aceptaba su proposición, durante los largos días antes de verse había imaginado como proponerle aquello y sobretodo como iba a rechazarla. Su matrimonio no se basaba en el amor, si no en la obligación entre ellos y con sus familiares, tenía más que claro que si quería decir que no ella nunca tendría nada por lo que reprocharle – Te lo agradezco mucho de verdad – Se mordió el labio con suavidad – Yo todavía me estoy acostumbrando a la idea de tener que controlar a los alumnos, estoy muerta de nervios... Espero poder controlarlos – Confesó, la verdad es que ante su familia decía que estaba tranquila, que su nuevo trabajo le parecía algo sencillo y hecho a su medida, pero la verdad es que estaba un poco asustada ¿Y si no lo hacía bien? ¿Y si no podía controlar a sus alumnos? Nunca antes había estado en el colegio y tenía miedo a meter la pata – Menos mal que tú hermana estar por allí, espero me eche una mano... – El asunto de tener que cuidar a niños la asustaba un poco y a la vez, ese instinto maternal que toda mujer tiene afloraba de un modo dañino. Siempre se había preguntado ¿Querrá Alphonse tener hijos conmigo? Temía la respuesta.
– ¿Mi estancia en Francia? – Preguntó aún incrédula – Fue toda una delicia no voy a mentir, fui muy feliz me escribo todas las semanas con las que son mis amigas del colegio – Sonrió con cierta añoranza. Desdemona dio media vuelta y sin pensárselo apresó la mano de su prometido esbozando una sonrisa – Algún día deberías venir conmigo, tendríamos que viajar a Francia juntos nos lo pasaríamos tan bien... Aún no hemos hablado de nuestro viaje de novios...
El corazón le dio un vuelco al escuchar como si aceptaba su proposición, durante los largos días antes de verse había imaginado como proponerle aquello y sobretodo como iba a rechazarla. Su matrimonio no se basaba en el amor, si no en la obligación entre ellos y con sus familiares, tenía más que claro que si quería decir que no ella nunca tendría nada por lo que reprocharle – Te lo agradezco mucho de verdad – Se mordió el labio con suavidad – Yo todavía me estoy acostumbrando a la idea de tener que controlar a los alumnos, estoy muerta de nervios... Espero poder controlarlos – Confesó, la verdad es que ante su familia decía que estaba tranquila, que su nuevo trabajo le parecía algo sencillo y hecho a su medida, pero la verdad es que estaba un poco asustada ¿Y si no lo hacía bien? ¿Y si no podía controlar a sus alumnos? Nunca antes había estado en el colegio y tenía miedo a meter la pata – Menos mal que tú hermana estar por allí, espero me eche una mano... – El asunto de tener que cuidar a niños la asustaba un poco y a la vez, ese instinto maternal que toda mujer tiene afloraba de un modo dañino. Siempre se había preguntado ¿Querrá Alphonse tener hijos conmigo? Temía la respuesta.
– ¿Mi estancia en Francia? – Preguntó aún incrédula – Fue toda una delicia no voy a mentir, fui muy feliz me escribo todas las semanas con las que son mis amigas del colegio – Sonrió con cierta añoranza. Desdemona dio media vuelta y sin pensárselo apresó la mano de su prometido esbozando una sonrisa – Algún día deberías venir conmigo, tendríamos que viajar a Francia juntos nos lo pasaríamos tan bien... Aún no hemos hablado de nuestro viaje de novios...
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Re: Found the place to rest my head ✖ Alphonse
Alphonse escuchó con curiosidad cómo su prometida hacía alusión a la petición de sus futuros suegros. Había cenado en casa Greengrass en una ocasión, invitando también a sus propios padres y había sido una velada de lo más interesante. Su padre estaba encantado por supuesto, tenía en gran estima al padre de Desdemona, que había sido la razón principal por la que habían acordado el compromiso de sus hijos en primer lugar. Al menos tenía que reconocer que era buena idea no caer en desgracia con su familia política, los Greengrass le adoraban y reconocían que era un buen prospecto para su hija.
-Podemos cenar en casa de tus padres pronto, esta vez me gustaría ir solo, aunque mi padre luego finja ofenderse o diga que lo excluimos. Pero creo que es justo tener una conversación a solas con mis suegros...- comentó sonriendo, mientras tomaba con suavidad la mano de Desdemona.
Era curioso, ninguno de los dos tenía demasiado contacto físico, pero en algunas ocasiones él propiciaba este tipo de roces. Pensaba que era un movimiento estratégico acertado, porque después de todo no deseaba llevar al altar a una chica que no estaba acostumbrada a su cercanía. Escuchó con atención lo que ella mencionaba de Francia, él había ido a Marsella en algunas ocasiones, por asuntos de trabajo, y cuando era adolescente fue un verano a París.
-¿Te gustaría ir allí para la luna de miel...?- preguntó con curiosidad, mientras la miraba fijamente. Hasta ahora no tenían fecha, ni tampoco habían hablado de otros detalles porque Alphonse era consciente que él no organizaría ningún aspecto de la ceremonia. Tal y como su madre le había dicho, él sólo tendría que hacer acto de presencia. Pero suponía que podría tener voz y voto en la luna de miel, era lo mínimo- no hemos hablado de eso, pero me parecerá bien cualquier sitio que escojas. Me gustaría complacerte en ese sentido, querida...- humedeció los labios. No estaba mintiendo, complacerla a ella era una manera de ganar terreno, así que no desaprovecharía ninguna ocasión para hacerlo.
-Podemos cenar en casa de tus padres pronto, esta vez me gustaría ir solo, aunque mi padre luego finja ofenderse o diga que lo excluimos. Pero creo que es justo tener una conversación a solas con mis suegros...- comentó sonriendo, mientras tomaba con suavidad la mano de Desdemona.
Era curioso, ninguno de los dos tenía demasiado contacto físico, pero en algunas ocasiones él propiciaba este tipo de roces. Pensaba que era un movimiento estratégico acertado, porque después de todo no deseaba llevar al altar a una chica que no estaba acostumbrada a su cercanía. Escuchó con atención lo que ella mencionaba de Francia, él había ido a Marsella en algunas ocasiones, por asuntos de trabajo, y cuando era adolescente fue un verano a París.
-¿Te gustaría ir allí para la luna de miel...?- preguntó con curiosidad, mientras la miraba fijamente. Hasta ahora no tenían fecha, ni tampoco habían hablado de otros detalles porque Alphonse era consciente que él no organizaría ningún aspecto de la ceremonia. Tal y como su madre le había dicho, él sólo tendría que hacer acto de presencia. Pero suponía que podría tener voz y voto en la luna de miel, era lo mínimo- no hemos hablado de eso, pero me parecerá bien cualquier sitio que escojas. Me gustaría complacerte en ese sentido, querida...- humedeció los labios. No estaba mintiendo, complacerla a ella era una manera de ganar terreno, así que no desaprovecharía ninguna ocasión para hacerlo.
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Re: Found the place to rest my head ✖ Alphonse
Su padre tenía ganas de tener una conversación en privado con Alphonse, no sabía bien del todo por que deseaba aquello, pero según su madre, Desdemona era la pequeña, la niña frágil y mucho más dependiente que el resto de los Greengrass y su padre tiene una parte muy protectora con su niña. A Desdemona se le sonrojaban las mejillas tan solo con la idea de ver a su padre intentando darle una charla de las obligaciones que para con su hija tenía ahora que sería su esposa. Echaría de menos aquello, aunque muchos no lo veían de ese modo, los Greengrass eran una familia realmente unida, que cuidaban mucho los unos de los otros, la asustaba la idea que el cambio de apellido la llevara a que no la protegieran nunca más, que no la quisieran como antes – Sería maravilloso – Comentó dándose un suave mordisco en el labio – No tienes por que preocuparte de eso, mi padre solo quiere tener la típica charla con mi prometido, quiere saber si me cuidaras y esas cosas – Comentó de un modo distraído mientras dejaba que su pulgar se deslizara por la palma de su mano – Eres extraño Alphonse – Dijo antes de alzar la mirada y sonreír – Hace fuera un frío horrible y tú tienes las manos tan cálidas... Vas a tener que contarme como lo haces – Su mirada se deslizó desde los ojos de su prometido hasta de nuevo la mano cálida de este.
Se ponía muy nerviosa con la idea de que pronto llegarían los momentos de intimidad entre ellos, los besos, las caricias mucho más allá de lo superficial... Cuando los dos tuvieran el mismo apellido esperaba todo fuera mucho más sencillo y la timidez se fuera volando bien lejos – ¿Por que no? Francia es precioso – Dijo con cierta añoranza, la verdad es que había echado de menos el que durante largos años había sido su hogar y tenía ganas de visitarlo. La idea de ir de la mano de Alphonse solo lo hacía todo mucho mejor – Es nuestra boda, pero nos han quitado todo... – Suspiró – No podemos elegir donde se celebrará, ni cuando, ni quienes serán los invitados... Todo esta en manos de nuestras familias – Ladeó el rostro para observarle – Pero ese viaje es nuestro, tuyo y mío, es en lo único que tenemos voz y voto... Podemos ir donde queramos... Y me encanta – No es que hubiera soñado con la boda perfecta y ese tipo de cosas, pero si le hubiera gustado poder participar en ella, aunque solo fuera un poco – Quiero ir a un lugar donde haga sol, estoy un poco cansada del frío de Londres ¿Que se te ocurre?
Desdemona dio un brinco y se puso frente a él tendiéndole la mano – El viaje y nuestro baile – Le hizo un ademán para que se levantara – Vamos a tener que practicar, por favor
Se ponía muy nerviosa con la idea de que pronto llegarían los momentos de intimidad entre ellos, los besos, las caricias mucho más allá de lo superficial... Cuando los dos tuvieran el mismo apellido esperaba todo fuera mucho más sencillo y la timidez se fuera volando bien lejos – ¿Por que no? Francia es precioso – Dijo con cierta añoranza, la verdad es que había echado de menos el que durante largos años había sido su hogar y tenía ganas de visitarlo. La idea de ir de la mano de Alphonse solo lo hacía todo mucho mejor – Es nuestra boda, pero nos han quitado todo... – Suspiró – No podemos elegir donde se celebrará, ni cuando, ni quienes serán los invitados... Todo esta en manos de nuestras familias – Ladeó el rostro para observarle – Pero ese viaje es nuestro, tuyo y mío, es en lo único que tenemos voz y voto... Podemos ir donde queramos... Y me encanta – No es que hubiera soñado con la boda perfecta y ese tipo de cosas, pero si le hubiera gustado poder participar en ella, aunque solo fuera un poco – Quiero ir a un lugar donde haga sol, estoy un poco cansada del frío de Londres ¿Que se te ocurre?
Desdemona dio un brinco y se puso frente a él tendiéndole la mano – El viaje y nuestro baile – Le hizo un ademán para que se levantara – Vamos a tener que practicar, por favor
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