Home: Sweet Home at Last {Reservado para Tom Riddle}

{1 de septiembre de 1945, alas 20:45}

Era la hora de la Cena de Bienvenida de Hogwarts y Vanessa no tenía ganas de estar escuchando a tanta habladeduría ni chiquilladas de tantos chicos y chicas que físicamente tienen su edad, pero mentalmente no están a su Gloriosa Altura, en su humilide y egocéntrica opinión. No tan solo la muchacha quería que ésta monotonía que se repite cada año, digo la Primera Cena del Comienzo de Curso, se acabara,; sino que deseaba con todas sus fuerzas estar a sola con tan solo pocas personas en la Verde, Profunda y Misteriosa Sala Común por un ratito para estar como si estuviera en su hogar. Pero no, todavía no se acababa, al contrario parecía eterno cada segundo que pasaba mientras que las lentas manecillas del reloj del Gran Comedor se movían lentamente queriendo fastidiar a la ojiazul. Con una cara de sarcásmo e ironía dibujada en sus delicadas facciones la rubia estaba jugando con la plateada cuchara de su helado de franbuesas mientras contemplando sin pronunciabaninguna sola palabra a los compañeros de las otras casas. -Oh por Merlin, ojalá que ésta cena se acabe para no tenerle que mirarle la cara a esa chusma.- musitaba con sarcasmo hablando a solas consigo misma. Pero de repente justo cuando iba a dar la última mordida al helado, los platos comenzaron a desaparecer y algo asustada puso la cuchara en la mesa y al instante desapareció como los otros utensilios. " Al fin, se está acabando." pensó algo sstisfechea, pero un poco mas asustada por lo anterior. Y entonces el Director se levantó para devir unas úñtimas palabras y cantar el himno del colegio, cuando por fin unos minutos después les pidió a los alumnos retirarse a sus salas comunes, lo cuál para Vanessa significaba un alivio y un buen momento de estar tan solo con pocas personas en vez del gentío de desconocidos, como ella decía a los demás alumnos de las otras casas.

Se paró junto a sus otros compañeros de casa, arregló la silla y se fue junto a ellos hacia la sala común de Slytherin. Entonces al llegar al lugar el cuadro del Barón Sanguinario preguntó la contraseña. - Sangre Pura.- contestaron todos a la vez y a pocos segundos se abrieron las puertas de entrada en par a par. Vanessa y sus compañeros entraron juntos y por fin llegaron a una majestuosa habitación iluminada por una luz en tonalidades verdes, con unos sillones de cuero negro verdoso y mesas y sillas de madera de ébano. Fue entonces que Vanessa sintió que su respiración y tranquilidad llegaron a sus niveles normales. -Puff al fin.- exclamó con tanto alivio mientras que con suma elegancia digna de una Dama Slytherin estaba analizando los suaves y acolchonados sillones de lo que consideraba que era su segundo y dulce hogar para escoger en donde se iba a sentar. Vanessa siempre fu e muy perfeccionista en sus cosas, inclusive en las mas insignificantes como lo son los sillones, pero para ella no, para ella el escoger el punto donde se iba a sentar era muy importante. Hasta quepor fin vió el sillón perfecto. - Oh Merlin nadie lo escogió ni estropeó, pues por fin vamos a sentarnos en ella.- dijo cuano al fin encontró en donde sentarse, que era el sillón que estaba al lado de una mesa pequeña de la misma madera de ébano, pero con unos toques victorianos, como a ella le gustaba, y con una vela con olor a rosas silvestres y de color verde con plata. -Hogar, dulce hogar.- dijo con una voz muy cantarina y demasiado de dulce para su personalidad perfeccionista y fuerte, mientras que ella se acomodaba gustosamente en el sillón seleccionado por ella, su favorito y el que siempre utilizó desde hace seis años atrás cuando por primera vez entró al colegio.

Entonces cuando finalmente la rubia se sentó en su amado sillón sacó de su cartera café un libro con la cubierta negra titulado "Las Pociones mas Oscuras y Venenosas. Libro del cómo prepararlos y en qué se utilizan" de Sefora Killsweet, y unos espejuelos con una montura cuadrada para leer su libro. Pasó sus pálidas y delicadas manos en cada una de las amarillentas páginas de ese antiguo libro mientras hojeaba con interés cada capítulo en donde hablaban desde hongos venenosos para utilizar para envenenar a tus enemigos hasta pócimas muy avanzadas, peto sobre todo demasiado de peligrosas para estudiar en Hogwarts. Era una muchacha curiosa y astuta nuestra rubia, peto quería aprender mas acerca de esas pócimas tenebrosas que por desgracia no se enseñan en Hogwarts. Hasta que por fin encontró lo que buscaba. -Ahhhjaa, el beso de la muerte.- musitó mientras que leía sobre esa pócima. Entonces comenzó a leer en silencio acerca de esa pócima que se puede utilizar en labiales comunes , pero que al echar unas cuantas gotas de esa poción en el lápiz del labio y al usar el labial para besar automáticamente envenenas a tu víctima. Y su ingrediente secreto, unas hojas picaditas de una tentácula venenosa. Entonces la rubia que seguía leyendo su libro no se dio de cuenta que alguien estaba entrando en la Sala Común.