Expecto patronum {Liuhan Rosemberg}

Los días eran difíciles desde que inicio el año escolar y para su mala suerte no llevaba mucho de transcurrido, tan solo unos días dentro de ese colegio que por muchos era considerado un segundo hogar, para mí simplemente era un colegio donde iba a aprender más sobre magia y poder sobresalir fuera, enorgullecer a mi padre y poner el apellido Lestrange en lo alto, donde siempre ha estado, mi único hogar era la mansión Lestrange, no Hogwarts.

Me encuentro sentada en uno de los sofás en la sala común de mi querida casa verde-plata, estoy inclinada hacia adelante con los codos recargados en mis rodillas, destapadas por la falda negra del uniforme y mi cabeza descansa entre mis manos las cuales hacen un ligero masaje en las sienes con mis delicados dedos, se me puede ver bastante agobiada y ni siquiera yo sabía el por que, las clases ni siquiera eran tan pesadas aún como para sentir toda esa carga en los hombros, simplemente me siento frustrada y sin tener nada que hacer, aquél sentimiento se incrementaba, necesito hacer algo con urgencia. Un silbido rompe con el silencio de la sala, hecho por un audible bufido que sale de mis labios y todo el aire de mis pulmones me abandona. Me pongo de pie mostrando que porto con elegancia la blusa blanca y el chaleco gris con el escudo de Salazar Slytherin, acompañado con una falda de un tono negro, ni muy larga ni muy corta. Mi rostro es serio, como solía ser casi siempre, esa mirada azul celeste era tan fría en estos momentos que se podía sentir lo helado a mi alrededor y mis labios simplemente están rectos, sin señales de alegría o tristeza. Camino unos pasos para tomar la gabardina negra con capucha de interior verde y me la pongo en movimientos justos, ni más ni menos, ni muy rápidos ni muy lentos. Tomo mi varita de la mesa que se encuentra a un lado y salgo de la sala común rumbo a los patios del gran colegio para darme unos minutos, tal vez horas, en las que pueda relajarme, alejarme de las clases y de mis compañeros, a veces se necesita la soledad y tranquilidad del silencio. Mi capa ondula a mis pies por el movimiento y mis pisadas resuenan en el piso de fría piedra.

Cruzo los pasillos hasta dar con una salida, es entonces cuando el sol de la tarde me da de lleno en la cara, arrugo la frente y me pongo la capucha para poder relajar el rostro. Mis pies van cuesta abajo por los pastizales, bajando escaleras cubiertas de enredaderas y sintiendo como el terreno va cambiando bajo mis pies. Ahora esta blando, como tierra mojada, miro lentamente hacia el horizonte percatándome como el gran lago se extiende delante de mí, tan imponente y tranquilo en apariencia pero sin saber que secretos guarda en su fondo. Una pequeña sonrisa se asoma de mis labios y apunto con la varita, que alguna vez perteneció a Marvolo, mi abuelo, al aire.


Susurro en un siseo, como si me costara decir aquellas palabras o más bien no quería decirlas porque ya sabía que nada iba a pasar. Y es verdad, no pasa nada. Cierro los ojos y tomo aire llenado mis pulmones del fresco ambiente que se puede sentir ahí, pienso en mi madre pero esto solo hace enojarme, no es que la odie pero su apellido me causa repugnancia.


Repito aun con los ojos cerrados, mi mano va ligeramente hacia atrás como si fuera empujada por algo y de la punta de la varita sale un hilo de luz azulada, dando forma lentamente, mis labios están curvados muy suavemente hacia arriba y aun que no llega a ser una sonrisa se me puede ver feliz o tranquila. Imágenes de mi niñez pasan por mi mente, yo y mis hermanos jugando en el patio, la primera vez que papá me dijo "felicidades princesa", el momento en que quedé en Slytherin. El hilo de luz se va extendiendo y tomando forma a cada segundo y con cada pensamiento. La mitad de una pantera de tamaño real se hace presente frente a mí, flotando a penas unos centímetros del suelo. Abro muy lento los ojos para poder ver mi creación, esperando que por fin este completa, pasa un segundo sin cambios notorios en mi rostro. A pesar de que solo es media pantera, para mi es un logro pues solo había podido hacer la cabeza o las patas, y como si aquella media-patronus significará todo para mí, mi rostro se ilumina y la sonrisa crece pero sin llegar a enseñar los dientes.

Estoy tan entretenida pensando en buenos momentos que he pasado para que mi pratonus siga formándose que no me doy cuenta que tengo compañía hasta que una voz masculina habla a mis espaldas. No puedo evitar dar un pequeño respingo pues me saca de mis pensamientos, el hilo azul desaparece y me giro con rapidez para apuntar al chico, sin afán de dañarlo en un principio, solo asustarlo. Lo veo de abajo hacia arriba apenas perceptible el movimiento de mis ojos y termino viéndolos por encima del hombro con cara seria y ojos ligeramente entrecerrados.


"Que amable" todo en esas dos palabras era sarcasmo, un sarcasmo que doy a notar sin tratar de ocultarlo un poco. El chico porta en uniforme de Hufflepuff, la casa que peor me cae en este colegio. De todas las personas en ese enorme lugar que pudieron llegar a interrumpir, el destino decide mandarme un asqueroso tejón, que por sus rasgos ni siquiera parece ser ingles. Seguro un sangre sucia, aun que no juzgaría aún, a pesar de que a legua se ve que es inferior a mí. Mi mirada siempre estuvo por encima de su hombro y no bajé la varita en ningún momento.


Pregunto antes que nada, antes de cualquier acción de mi parte solo viéndolo con cara de repugnancia, todo en sus facciones me decía que no era sangre pura y el que entrará a Hufflepuff no decía nada bueno de él. En mi rostro solo se puede ver apatía por su persona. Mi padre siempre hablaba de Salazar Slytherin, mis cuentos de la infancia eran sobre él y nunca hablaba bien de Helga, podía decir que Rowena era inteligente y sabía callar, que Godric era valiente pero nunca decía algo bueno de Helga y eso también me hacían odiar a los tejones. No servían para nada a mi punto de vista. Espero su respuesta con la ceja alzada.

Alzo una ceja al escuchar su respuesta, nunca en la vida había escuchado un apellido tan extraño y eso me dice que obviamente no pertenece a mi mundo y eso quiere decir que su persona no me es importante, que merece estar muerto y que la entrada a Hogwarts debería estar prohibida para gente como él, que no debería estar siquiera en el mundo mágico. Con un suspiro bajo mi varita escondiéndola bajo la ancha manga de la gabardina del colegio y me giro un poco dándole la espalda.


Susurro con bastante desprecio y me gustaría no estar ante la presencia de esa persona pero por modales no lo corro. Le miro de reojo y luego al lago sonriendo muy levemente y con algo de malicia imaginando como podría ahogarlo, asesinarlo o lo que fuese en ese enorme lago para luego darle de comer a las criaturas que allí habitan con su cuerpo.


Mi tono es frío y ni siquiera volteo a verlo cuando le hablo, por más amable o educada que me comporte no mirare a un ser inferior a mi. No espero que la pregunta sea respondida por el lado "cuéntame tus pecados" más bien necesito que me diga una respuesta al por que seguía ahí, ya había arruinado mi patronus y ahora empezaba a arruinar mi día, aun más. Y jugando con las palabras y mi pensamiento también esta hecha para responder "¿por qué un mestizo está en Hogwarts?" pero obviamente esa respuesta no la recibiría, al menos no de su parte. Aun siento mi varita aferrada a mi mano, el frío cuero de hipogrifo que la envolvía por la empuñadura toca mi piel, cualquier movimiento en falso y el estaría acabado, aun siendo de quinto sabía bastantes hechizos que podían hacerle mucho daño, gracias a Tom y a mis hermanos que se habían tomado el tiempo de enseñarme cuando nadie más veía, lejos de este colegio y de miradas curiosas que seguro hubieran terminado sin vida de ser así.

Volteo a verlo de reojo a su respuesta, esa mirada tan penetrante que me decían tener, tan azul como ninguna otra aun siendo solo una ligera mirada de pasada, dando a entender que su sarcasmo está de más conmigo, su respuesta muy el fondo me causo gracia pues era lamentable que ni "lavando" su sangre pudiera ser tan puro como mi familia, sin embargo mi rostro sigue igual, no hay una sonrisa ni una cara larga en él, sin inmutarse. Ruedo los ojos para volver a posar mi vista en el lago. Suelto un leve suspiro algo exasperada con sus respuestas, no voy a permitir que un mestizo me hablara de esa forma y tampoco que estuviera a la defensiva, yo no eh mostrado signos de querer atacarlo ni mucho menos. Simplemente no esta a la altura para ponerle tanta importancia.



Mi cuerpo ni siquiera se mueve, estoy recta, elegante y mirando con tranquilidad el gran cuerpo de agua en el que quisiera callar a esté sangre sucia de una buena vez. El que sería mi momento de paz, pasa a ser una terrible escena en la que tengo de todo menos paz. Con movimientos suaves y exactos, tomo asiento en el suelo. Esto me pone en desventaja pero claro yo no atacaría a menos que el no atacara y no lo creo tan tonto como para hacer eso. No soy como los demás que sin tener motivos se van a la yugular sin pensarlo, eso se me hacía bastante tonto.


En ningún momento lo veo, es como si tuviera una conversación con el pacifico lago. Se que sigue aquí por que escuchó su respiración y alguno que otro ruido que hace pues al parecer estás criaturas no sabían estar calladas. Entonces recuerdo que solo se fue por la tangente, tomó la salida rápida y respondió a todo menos a lo que yo había preguntado inicialmente.

Esta situación empieza a exasperarme, es sumamente incomodo estar con un mestizo, sentada como si de un día de campo para la caridad se tratará. Seguro que si mi padre ve está escena tan ridícula que me estoy montando, me quitaría el apellido de inmediato, aun que claro está que el mestizo no me ha hecho nada para yo atacarlo de inmediato, quitando el hecho de que era un mestizo y no debería estar aquí, ni siquiera debería acercarme a él o dirigirle la palabra.

Elevo una de mis cejas ante lo que ha dicho, incrédula de sus palabras, ¿como es que yo me iba a sentir por debajo de esa escoria? una risa quiere salirme por lo bajo para burlarme de aquella frase tan ridícula pero la controlo antes de que salga y hago como si no lo hubiera escuchado, simplemente ignorando su comentario como hago con el elfo de la familia cuando dice algo estúpido. Elevo mi mano la cual sostiene la varita y comienzo a hacer pequeños remolinos de agua elevándolos de la superficie y dejándolo caer en forma de copos de nieve solo para entretenerme.



No me importa que sea una pregunta retorica con la que respondió, al fin de cuenta es una pregunta, mi tono es frío y como si no tuviera importancia, que realmente no la tiene, me da igual su respuesta, me da igual a que viene al lago pero lo que me mantiene constante a la pregunta es eso..que no responde como debe y simplemente se sale por la tangente una y otra vez. ¿Que le costaba darme una respuesta? Todos decían que los Slytherins eramos los mal educados que se rehúsan a todo...¿y ellos? el no darme una simple respuesta que le pedí de forma amable a mi parecer no era muy educado de su parte pero ¿qué educación tendrían estos hijos de muggles?

Su tono era tan cansado e incluso me atrevo a decir que su voz era como un taladro en mi cabeza. Me fastidiaba. Doy otro suave suspiro, no es fácil acabar con mi paciencia, de hecho aguanto mucho pero este chico parece que cada palabra que dice es para molestarme, ni siquiera Lex era tan fastidioso como lo es este mestizo que a decir verdad ni recuerdo el apellido que me dijo, quizá por que no es lo suficientemente importante como para abarcar un espacio en mi memoria. Mi paciencia es como un caldero lleno de piedritas que el va poniendo y que cuando llegue a su tope explotará, pero debo controlarme y no gastar tiempo con un ser como él, tan por lo bajo, a mi padre no le gustaría que si quiera platicara con él y sin embargo aquí estoy ¿Por qué seguía aquí? Fácil, yo no me iría, él debía irse.

Levanto la mirada por lo que ha dicho ahora, por su siguiente ocurrencia más tonta que la anterior. ¿Yo una Black? pero ¿como se atreve a decir eso? no sé si sentirme solo ofendida por aquella pregunta o pensar en cambiar mi forma de ser para que nadie más tenga esa duda. Volteo lentamente hacia él aun con la varita levantada y al momento de girar obviamente esta queda apuntándole, cosa que no me molesta.



Mis palabras salen como si no hubiera pensando antes de decirlas y esto es verdad. No debería dar a conocer mi disgusto por esa familia pero ya lo dije y ante un mestizo nada pasaría, si llegaba a oídos de un Black ya me sacaría una explicación. Lo miro fijamente con esa mirada tan fría que me caracteriza.



Digo con orgullo y hasta con una sonrisa, leve y apenas visible pero sonrisa al fin y al cabo. Ese chico no era nadie y no es que mereciera saber mi apellido pero tengo que dejárselo en claro pues que dudara si era Black es un insulto para mí. Entonces recuerdo su anterior insulto "Solo los tontos preguntan lo mismo dos veces" este chico no conoce los modales, los muggles no lo han educado como se debe. Es hora de que alguien le enseñe.



Me paro aun apuntándolo con la varita por si acaso.

Le miro de muy mala manera, con los ojos entrecerrados y una profundidad única, como si de solo mirarlo pudiera matarlo. ¿Como se atreve a hablar de mi familia? ¿Como es posible que alguien como él siquiera se atreva a mencionar a mi familia? Simplemente es inaceptable que una familia tan respetable como la mía estuviera en boca de un mestizo, de un hijo de muggle y un traidor a la sangre. No acepto aquello. Aparte de todo lo hizo en forma de ofensa, seguro que conoce a mi familia, o tal vez por ser tan muggle no pero de cualquier forma no pasaré por alto que se dirija así de los Lestrange.

Nombra a su madre, en ese momento mi sangre hierve, aprieto un puño y aferro más mi varita a mi mano apuntándole más cerca, casi rosando el punto donde su barbilla y su cuello se juntan. Mi mirada sigue igual. Hijo de un muggle y una traidora a la sangre, que seguramente también era hija de muggles, su clase no sabía dividir rangos.



Todo es con un tono de desdén, arrogante y con superioridad. Porque así son las cosas, soy superior y por mucho, no solo por pertenecer a Slytherin, si no por mi apellido, porque somos una familia mucho mejor que cualquier otra y no es que tengamos que estar presumiendolo como los Black. Claro está que yo lo hago porque estoy orgullosa de haber nacido Lestrange. Este mestizo no es nadie, solo un insecto al cual aplastar y espero paciente el día en que todo esto termine, en que con ayuda de Riddle podamos exterminarlos por completo. Mi rostro y mis gestos no se inmutan ante mis pensamientos.



Yo no soy violenta pero si se da la oportunidad claro que le lanzaré un hechizo, soy buena en duelos y no me rebajaría a rendirme con uno de ellos. Sin embargo esperare, no es de damas estar peleando con cualquiera que se le atraviese, aparte de que estábamos a la vista de cualquiera, sobre todo profesores y no estoy de humor para lidiar con ellos y sus regaños. Aun que si este chico, del cuál había olvide su apellido, sigue difamando a mi familia tendré que tomar cartas en el asunto para que aprenda a respetar a una dama, a una familia superior...que sepa respetar a los Lestrange.