De viejos recueros y nuevos// Malfoy o Black

Había decidido pasar la noche de su cumpleaños en soledad, disfrutando del frío de la noche en la Vieja Torre de los Fundadores. Soledad, que palabras más exacta para definir como se sentía. Era el día de su 17 cumpleaños y nadie se había acordado. No fiestas ni regalos, ni siquiera un simple: Felicidades. Así que en medio de esa profunda oscuridad, que me tranquilizaba internamente, decidí dejar aflorar a través de mi ojos mis sentimientos. Sin lloriqueos no escaramuzas, solo lágrimas silenciosas que se deslizaban de lo alto de mis ojos, pasando por mi cuello para llegar al suelo y convertirse en agua esparcida. Mire a la luna y la admiré. ¿Porqué mi yo animaga no sería un lobo? Un precioso lobo que adorara a la luna, como la niña de mi sueño. Sin importarme el hecho de que me encontrarán los profesores y me castigaran, me expulsaran..., seguiría en esa Torre hasta conseguir ahogar mis penas y mis lamentos. Yo era una Mcgonagall y los Mcgongall tenemos dignidad, porte y sabiduría. En mi cabeza me desvié de tema...¿Que chico sería el ideal? Me atraían tres, bueno, más bien dos: Elphistone era un chico amable y agradable, al que se le notaba su afecto hacia mi pero...Yo solo le veía como un amigo. A Atlas Avery le tenía curiosidad, pero se sentía mal que le gustase el mejor amigo del chico que la quería y luego estaba Alphard Black, el imposible, pues además de ser serpiente y Black,el que no demuestra afecto, pero del cual yo he apreciado su bondad... Ninguno me invitaría al Baile, iría con Sept, como amigos. Pero ni él ni yo estaríamos a gusto pues no queríamos en el sentido de "amor" al otro. Yo iría con Atlas o Alphard, Elphistone...no es de mi gusto.
Pensando en estas cavilaciones no sentí como alguien abría la puerta y me observaba. Con Sigilo.

Me reí ante el comentario que no llegó a herirme del que me pareció que era Orion Black. Sin duda un Black con sus ideales bien claros y sin redeos. Un Black que daba la cara y mi rival en Quidditch. Su comentario de sangre sucia no me molestó. No lo era pues mi sangre era mestiza y los ideales puristas no servían para nada. Adiviné que él no se encontraba en su mejor momento ni estaba para charlas tranquilas dejando de lado los ideales. Cygnus es más adecuado para ese tipo de charlas.
- Buenas noches, señorito Black-le saludé, recalcando mi sarcasmo en la palabras señorito, aunque yo había tenido la dignidad de saludarle con formalidades-Parece usted la reencarnación de la mismisima Morrigan. ¿Algún mal de amores?¿Una discusión, tal vez? Los Black no sois de muchas palabras..
Le miré, experando su reaccón, mientras yo seguía hablando:
--Voy a ir al grano, Black...Orion. No me apetece una discusión sobre el purismo en estos instantes.Si quieres soledad, siéntese, quédese aquí, pero no perturbe las paz de este lugar.
- Y sobretodo, no me importa estar sola, pues quien intenté algo malo pagará-dije mientras dejaba a medio camino me metamorfosis en gata, dejando ojos y colmillos gatunos.