There's truth in your lies | Lëth S. Røhrssen

There's truth in your lies

En mi vida no era muy normal la felicidad. No me consideraba desgraciado, ni mucho menos. Pero tampoco feliz, al menos no la mayoría del tiempo. Era debido a mi personalidad tan seria, había muchas cosas que veía como la gente disfrutaba de ellas, pero yo, simplemente, no lo apreciaba.

Y la única persona con la que me aseguraba la comodidad y un buen ambiente, era a la que le había alzado la voz esta mañana. Aún no me había podido quitar de la cabeza la conversación con Gretta, estaba realmente enfadado. ¿Cómo era posible que fuera así? Sí, aceptaba y hacía el esfuerzo de comprender lo que ella sentía con lo de su familia, pero... ¿Acaso no me conocía ya? No podía traicionar mis ideales de aquella forma. No como ella pretendía que lo hiciera.

Al darle otra vez vueltas al tema en mi cabeza, tras acabar las clases me fui solo. Comencé a caminar sin rumbo, dándome igual donde me metiera; hasta cierto punto. Me di cuenta de que me dirigía hacia el bosque prohibido, por lo que me mantuve al margen de caminar en la misma dirección, y así evitarlo. Aunque ganas no me faltaban... Pero si me pillaban, no tenía ganas de ser el culpable de que le restaran puntos a Slytherin.

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THERE'S TRUTH IN YOUR LIES

Pain, I like it rough 'cause I'd rather feel pain than nothing at all

Rocé levemente y con delicadeza las heridas de mis nudillos. Sabía que me escocía, pero la rabia a penas me dejaba sentir el dolor. Fruncí el ceño mientras observaba mis destrozadas y temblorosas manos e intenté quitar los restos de sangre. ¿Qué había pasado? Bueno, esa pregunta podría hacérsela cualquiera, pero solo yo entendía bien por qué había decidido desahogarme de aquella manera tan agresiva. Todo se resumía en una palabra. Dereck.

Sí, mi hermano había vuelto a sacarme de quicio. A sus oídos habían llegado ciertos rumores de que yo había estado hablando demasiado con cierto alumno de Gryffindor y se obsesionó hasta tal punto con el asunto que decidió hablar conmigo al finalizar las clases. Puede que en parte tuviera razón, es más, la tenía, pero no necesitaba que él me dijera que era o no lo que debía hacer. Yo era dueña de mis decisiones y sabía bien que hacía, no esperaba equivocarme en lo que estaba haciendo aquella vez y realmente estaba segura de que jamás me había equivocado al hacer las cosas como yo creía correcto. 'Más vale que empieces a comportarte o no seré yo quien deba recordarte cuál es tu posición y de quien llevas ese prestigioso apellido, Lëth'. Mi padre. A él se refería. Y no, no es que le tuviera miedo a mi padre. El sentimiento era distinto. Era odio. Todo el mundo sabía que él había tenido algo que ver con la muerte de mi madre - o bueno, desaparición, pero yo sabía que estaba muerta - y por el momento un resquicio de rencor seguía ahí, enjaulado en alguna parte de mi escondido corazón. Por tanto, no quería verle, tampoco que me dirigiese la palabra.

Acto seguido de aquello, la soberbia se apoderó de mi y dejé a Dereck solo. Me marché con la mente en blanco hacia las cercanías del Bosque Prohibido y me desquité con el grueso tronco de un árbol. La mayor parte del tiempo yo era demasiado pasiva, tranquila y paciente e incluso podría decirse que era femenina en exceso, pero cuando algo me sacaba de mis casillas, perdía cierto contacto con la realidad. Ni siquiera pensaba en nada, tan solo me limitaba a dar golpes. Cuando empecé a sentir que estaba sangrando, salí de aquel pequeño trance y enarqué una ceja. No me había dado cuenta, fue de manera inconsciente. Las gotitas de sangre chocando contra el suelo me produjeron una sensación verdaderamente agradable y aquello me extrañó aún más. Mi misofonia - decremento de la tolerancia a algunos sonidos - generalmente era debida a sonidos repetitivos como un goteo, el tic-tac de un reloj o algo semejante, pero en aquel instante fue diferente.

Y ahí estaba yo, con la mirada fija en mis manos, cuando oí a alguien acercarse.

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There's truth in your lies

Caminaba concentrado en mis pensamientos, pero decidido en mis pasos: un ritmo lento solo habría conseguido ponerme más nervioso, por lo que era constante y algo acelerado, que tampoco tenía ganas de ponerme a correr bosque arriba.

Lo único que me sacó de mis pensamientos fue encontrarme con una figura bastante conocida, en todos los sentidos posibles, a unos metros de mí. Dudé en si lo mejor era ignorarla y seguir mi paso, dándole vueltas a mi cabeza, o pararme a ver qué estaba planeando ahí tan escondida. Y como lo que necesitaba, ante todo, era despejarme, me decanté por la segunda opción.

Ralenticé mis pasos, caminando más despacio hacia ella - ¿Qué estás haciendo tan escondida? - Pregunté, sin ninguna expresión en mi rostro, no más que un leve alzamiento de cejas que representaba mi curiosidad. Al mirarla, vi que de sus manos caía sangre, por lo que concluí que había estado golpeando algo. Por lo visto, hoy era el día de los disgustos - ¿Liberando ira? - Pregunté retóricamente, pues conocía la respuesta. Probablemente, había elegido la mejor opción para desahogarse; no era una mala idea golpear sin parar ni ser consciente de lo que hacía.

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Pain, I like it rough 'cause I'd rather feel pain than nothing at all

No me giré en ningún momento cuando sentí la presencia de alguien detrás de mi, la voz de aquel individuo era familiar para mi y por supuesto, la reconocí. Orion Black. El curso anterior había mantenido una relación con el y ni siquiera yo había sido capaz de comprender como sucedió todo aquello. Nos llevábamos bien, en alguna ocasión nos picábamos y cosas de aquel estilo, pero generalmente era una de las pocas personas que tenían el privilegio de escucharme hablar, porque todos bien sabía que yo no me caracterizaba por ser demasiado habladora, es más, la gente solía asombrarse al escuchar aquel tono tan suave y dulce de mi voz. Porque nadie me veía así. Todos me veían fría y distante del resto, nadie esperaba que alguien así pudiera hablar de aquella forma.

Ladeé la cabeza levemente y sonreí con cinismo, aún dándole la espalda, pues no quería que sintiera que estaba siendo el centro de atención para mi. — ¿Siempre tan perspicaz, Orion? — ironicé, mientras dejaba de rozar mis manos para girarme y clavar mis ojos azules sobre los suyos — ¿Quieres curarme? — pregunté, a la vez que le enseñaba mis manos ensangrentadas - y levemente moradas e hinchadas -, riendo. No sabía que le traía por ahí, pero tampoco era de mi interés y no estaba muy por la labor de que él se entrometiese en mis asuntos en aquel momento, más que nada porque la rabia aún seguía dentro de mi, con ganas de salir, y tan solo faltaría que hiciera un comentario que hiriese mi orgullo para que entrase en cólera de nuevo.

Jamás había logrado comprender por qué el señorito Black era capaz de soportarme en todo momento y me preguntaba si alguna vez le habrían dado ganas de golpearme. Es curioso, pero la mayor parte de la gente con la que hablaba o mantenía una 'amistad' - si es que acaso yo tenía de eso - en algún momento de su vida habían sentido ganas de arrancarme el pescuezo. Sí, probablemente yo fuera una persona capaz de sacar de quicio hasta al más paciente de todos los seres.

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There's truth in your lies

Suspiré ante su primer comentario. Todavía me extrañaba que me atrajera tanto. Su físico, estaba claro, me gustaba muchísimo. Pero a veces aquella personalidad arrogante, estúpida y egocéntrica me hacía desearla; eran los motivos de todo lo que había ocurrido entre nosotros, por mi parte.
Sin embargo, luego estaba su otra parte, la que liberaba la mayoría del tiempo. Esa en la que me hacía desear no haberla encontrado y conocido. Muy contradictorio, pero muy interesante.

Y si la pregunta era '¿Te arrepientes de lo que ocurrió?', la respuesta era clara y sencilla: No. No me había enamorado de ella, y tampoco ella de mí. Fue una... relación sin sentimiento de por medio. Ella disfrutaba de mí cuando le apetecía, y yo la buscaba cuando lo necesitaba. El problema apareció cuando comenzamos a pasar demasiado tiempo juntos, acostumbrándonos a ello. Era hora de acabar con lo que habíamos empezado. Probablemente, si hubiéramos seguido como al principio, ahora mismo la estaría besando para calmar los nervios de la situación con Gretta.

Miré su mano, alzando las cejas. Tras un segundo mi mirada se perdió en la suya de forma sarcástica - Eso es lo que a ti te gustaría. No te confundas - Dije, con un tono más borde de lo normal.

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Pain, I like it rough 'cause I'd rather feel pain than nothing at all

Por la expresión de su rostro deduje que yo había comenzado a desquiciarle, por lo menos un poquito y aquello realmente me agradó. Pocas personas podían ver normal que yo tuviera un corazón tan oscuro y vacío. ¿Acaso era malo que no me importase la gente en absoluto? Sí, lo era, pero para mi no y sabía que Orion estaba acostumbrado a mi forma de ser, después de todo jamás sentimos nada el uno por el otro cuando estuvimos juntos, al menos no hasta que nos acostumbramos a estar la mayor parte del tiempo el uno con el otro . Quien sabe lo que podría haber pasado si hubiéramos seguido aquella extraña relación.

Mi segundo comentario hizo que él clavase su mirada en la mía de manera irónica y que me respondiera de una manera poco agradable. No es necesario que diga que eso me hizo más gracia aún. — Eso no era lo que decías las otras veces — comenté burlona, y acto seguido me reí entre dientes de manera mordaz. Podría haberme molestado aquella respuesta de su parte, pero creo que hizo que me calmase y que la rabia desapareciese por un segundo. Me estaba divirtiendo.

Realmente si él había pretendido ofenderme o algo por el estilo, no le había salido nada bien, pero después de todo, su forma de ser era así y le conocía demasiado como para saber que a él tampoco le importaba lo que yo dijese. Aunque bueno, si aquel día no estaba dispuesto a soportarme, ¿por qué no se había marchado aún? No lo dije con palabras, pero opté por preguntárselo con la mirada.

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